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jueves, 3 de abril de 2025

60 HISTORIA DEL GRANADA CF. Temporada 1991-92

 

HISTORIA DEL GRANADA C.F. 

 

 Capítulo 60

Temporada 1991-92


Esta plantilla se presenta en verano, pero a lo largo de la temporada se verá muy cambiada por distintos fichajes

 

PEPE PAREJO Y EL “DESCUBRIMIENTO” DE LA CANTERA

 

          El último partido de esta temporada marca un hito difícilmente repetible, con once granadinos formando el equipo. Como suele decir el Chavo del Ocho en su serie mexicana de televisión cada vez que comete un estropicio… ”Fue sin querer queriendo”. Y es que tuvieron que darse una serie de circunstancias no buscadas para que este hito histórico se concretara sin que muchos de sus protagonistas, incluidos la mayor parte de los aficionados, supiera apreciar lo que pudo haber sido y no fue.

Por la austeridad a la cantera

Pepe Aragón, presidente entusiasta que juega la carta de la humildad, se proclama partidario de la cantera y habla de su proyecto cuatrienal que dará un Granada nuevo y pujante. El momento parece adecuado tras el sonado fracaso deportivo y económico de José Antonio Murado y la eclosión de un grupo de jugadores locales que, bajo la dirección de Pepe Parejo, han conseguido ascender al Recreativo a la 3ª división, perdida hace muchas temporadas.

Salvando las distancias, parece repetirse el remoto caso de Manolo Ibáñez en 1952, cuando salió la mejor promoción del filial.  Ernesto Martínez se acuerda de Butragueño y su quinta del buitre para escribir sobre nuestra “quinta del Recre” derramando el tarro de las esencias sobre los Molina, Padial, Barea, Neskens, Morales y Paquito, que fueron la base del conjunto que logró ascender gracias a “una mezcla de ingenio y técnica, de fuerza y velocidad”. Recuerda Ernesto que “varios de ellos ya habían realizado la pretemporada con el primer equipo en años anteriores, pero el miedo de los entrenadores, el carrusel interminable de mediocres fichajes y una afición drogada por nombres que no demostraron nada, cerraron el paso a los canteranos”.


El ex bético Juan Corbacho es el entrenador. A partir de la jornada 25 le sustituirá Pepe Parejo

La plantilla

El 12 de agosto de 1991, el nuevo entrenador, Juan Corbacho, hace los descartes de cinco jugadores (los granadinos Del Moral, Cortés y Rafa, el portero bilbaíno Núñez y el malagueño Robles) para quedarse con una plantilla de 17 hombres, diez de los cuales son locales.

Luego regresa el guardameta Verdejo, titular en el Lérida durante varias temporadas, y ya son once los granadinos. Se anuncia que faltan dos refuerzos para la delantera y que posiblemente Notario sea traspasado, quedando entonces un grupo de 19 futbolistas que se juzga la cifra ideal para afrontar la temporada.

Pero en días sucesivos vendrá la incongruencia absurda que rompe el esquema previsto. Efectivamente se traen tres delanteros en lugar de los dos anunciados, que son el bastetano Roberto Valverde (tras dos buenas temporadas en el Valladolid), Barrio y Andrés González. Pero a ellos se añaden los defensas Manolo (con larga historia en el Barcelona y Murcia), Figueroa y los hermanos mellizos Ángel y Fernando Cuenca.

En el curso de la temporada se incorporarán intermitentemente los recreativistas Guti, Ayuso, Lalo y Criado, hasta completar una plantilla de 29 jugadores, muy lejana de los 19 proyectados.

Pero, eso sí, 16 de esos 29 son granadinos. Nunca en su historia el club ha contado con tantos jugadores locales. Vale la pena recordar sus nombres; Notario, Verdejo, Morales, Padial, Peso, Guti, Paquito, Leo, Molina, Neskens, Lalo, Ayuso, Barea, Criado, Roberto Valverde y Víctor. Cuando cesa Corbacho y Pepe Parejo se hace cargo del equipo, el granadinismo se hace más intenso y hasta se puede dar el caso insólito de un equipo del Granada integrado por once granadinos y un entrenador también de la tierra.

De Corbacho a Parejo

Para llegar a ese final hubieron de ocurrir muchas cosas. Entre ellas que Corbacho confía plenamente en sus veteranos y arma un conjunto con siete pilares que pasan de los 30 años; Verdejo, Álvarez, Figueroa, Manolo, José Manuel, José Luis y Moisés.

El primer partido en los Cármenes permite lanzar las campanas al vuelo tras un triunfal 4-1 con excelente fútbol. Luego vienen días menos afortunados, la situación se deteriora y, como siempre, el entrenador paga el pato.  Duelen especialmente las derrotas ante el Jerez de José Enrique Díaz y el Ejido de Lalo.

De la derrota ante los jerezanos, que ganaron 0-3 en Los Cármenes, se culpa al técnico, a la veterana defensa y a un árbitro de curioso apellido que muestra cinco tarjetas amarillas y expulsa a José Luis y a Corbacho. El juez de la contienda se llama José Precioso Rodríguez, salió escondido por la puerta de General y, según Ideal, tuvo “una actuación nefasta”.

Ante el Ejido se repite derrota con otros tres goles y Corbacho declara que algunos de sus hombres “juegan de etiqueta” y que pedirá medidas a la directiva. Pero los once goles encajados en cuatro encuentros consecutivos no hacen mella en las ideas del entrenador, que mantiene el armazón defensivo con Verdejo, Peso, Álvarez, José Manuel, Figueroa y Manolo. Y el tiempo le da la razón porque estos mismos jugadores se rehabilitan recibiendo sólo 10 tantos en los 10 partidos siguientes.

De todas formas, el cese del entrenador llega en febrero tras sendos empates en casa con Extremadura y Estepona. Y Corbacho se va dejando al equipo con tres positivos y en octavo lugar de la tabla. Se abre la “era Parejo”.


Esta alineación granadinista derrotó 1-0 al Córdoba en la sexta jornada. De pie: Verdejo, Álvarez, José Luis, Manolo, Leo y José Manuel; agachados: Peso, Barrio, Molina, Barea y Padial

El Granada para los granadinos

Pepe Parejo viene del Recreativo y ha “parido” a casi todos los canteranos que tienen ficha en el primer equipo. Lucas Alcaraz le sustituye al frente del filial y a partir de ese momento, junto a los ya habituales en el once titular, que eran Notario o Verdejo, Peso, Padial, Molina y Roberto Valverde, entran asiduamente Paquito, Barea, Lalo, Guti, Neskens, Ayuso y Criado. Poco a poco van desapareciendo todos los veteranos y, a pesar de duros golpes como el 6-1 encajado en Marbella, Parejo aumenta gradualmente la dosis de granadinismo hasta el punto de que en los tres últimos encuentros jugados en casa son nueve, diez y once los jugadores de la cantera.

La guinda final fueron los diez minutos postreros del partido que cerraba la Liga, ante el Villanovense. Parejo había alineado a José Luis y Ángel Cuenca como únicos “forasteros”, pero en esos momentos finales quiso darse el gustazo de jugar con un equipo exclusivamente local, integrado por muchos de los “niños” que un año antes habían ascendido con el Recreativo de Preferente a Tercera.

Aquel Granada de los granadinos hizo historia con estos nombres: Notario, Guti, Paquito, Ayuso, Padial, Molina, Víctor, Lalo, Neskens, Víctor, Roberto Valverde y Barea.

Aquel día histórico Pepe Parejo declaró que no había sacado desde el principio el once que terminó el partido porque “no le pareció ético”.

Pero tampoco parece demasiado ético el fichaje de un nuevo entrenador para la próxima temporada. La directiva corta así al hombre que ha tenido éxito con un trabajo de varios años y rompe de cuajo el proyecto de revitalización de la cantera, que estaba dando evidentes frutos. Pero no se renovó a Pepe Parejo y se trajo desde Santander a Nando Yosu.

Granada S.A.

El 26 de septiembre de 1991 hubo Asamblea general ordinaria en el salón de actos de Electrodomésticos Sánchez, con la presencia de 50 socios. Los mismos que antes habían otorgado todo el poder a José Antonio Murado critican ahora su gestión presidencial y piden una auditoría para ver cómo se aumentó en 330 millones de pesetas la deuda del club y porqué el ex presidente, que tantas veces dijo que sus aportaciones eran a fondo perdido, ahora aparece como deudor con 156 millones reconocidos oficialmente.

El déficit de la temporada 1990-91 fue de 166.849.198 pesetas, ampliamente superior a los 101 millones de números rojos, presupuestados. De esta forma la deuda global del Granada se eleva ya a 1.193 millones de pesetas, de los que 386 se deben a ex directivos, 361 a Hacienda y 106 a la Seguridad Social.

Para la presente temporada de 1991-92 la Asamblea aprueba un presupuesto de 113 millones de ingresos (incluyendo los 30 del Ayuntamiento de Granada), y algo más de 109 de gastos con un teórico superávit previsto de 3.664.804 pesetas.

Pero lo más noticioso de la tranquila Asamblea es la vía libre otorgada por los socios para convertir al club en sociedad anónima, como establece la Ley del Deporte. Los pasos a seguir ahora son; auditoría, fijar el capital mínimo para la S.A., vender las acciones con prioridad para los socios y elegir el Consejo de Administración.

Un largo proceso que debería estar terminado el 30 de junio de 1992 y que se alargará por mucho tiempo más.

La Copa

Sigue sin tener importancia para el Granada C.F. Como ya va siendo habitual, se reduce a una eliminatoria que se pierde y queda liquidado el engorroso torneo. Esta vez se sumó además el hecho de que la primera eliminatoria copera se juega los días 21 y 25 de agosto de 1991.  Corbacho y el equipo apenas consiguen traer gente desde la playa y aunque se gana al Jaén en Los Cármenes por 2-0, los jienenses superan el tanteo, ganan por 3-0 en la Victoria y el Granada pasa a otras preocupaciones con la Liga que empieza una semana después.


Granada 2 Jaén 0 en Copa. Verdejo, Álvarez, José Luis, Moisés, Leo y José Manuel; Peso, Padial, Molina, Jiménez y Barrio

 

LA PEQUEÑA HISTORIA DE LA TEMPORADA 1991-92

* Días de alegría preceden a otros de tristeza. Las muertes de dos ex directivos notables les traen de nuevo al recuerdo de todos. Son Pepe Ocaña que desde su antiguo bar “El Sota” tanto hizo por el fútbol granadino y del Realejo en particular; y Emilio Bueso, autor de la letra del segundo himno del Granada y eficiente secretario del club. Las alegrías vinieron de la mano del XIX Trofeo cuando el entonces entrenador del Málaga, Ben Barek, recibió la insignia de oro del Granada, como premio a sus pasados servicios. Otra insignia áurea fue para el alcalde Jesús Quero, como anticipo de los servicios (en forma de 30 millones de subvención) que se esperan de él en el próximo futuro.

* La placa que el Ayuntamiento de Granada regaló al Málaga por su participación en Trofeo tuvo que ser recogida por el joven periodista granadino, afincado en la Costa del Sol, Eduardo Barrero. Ningún representante del Málaga había acudido al acto protocolario. Me acordé entonces del Eduardo Barrero que, con apenas 15 años, me hizo en 1985 su primera entrevista en el campo chanero del Granada 74. Una entrevista inédita porque al nervioso aprendiz de periodista se le olvidó oprimir la tecla de play en su grabadora. Luego Javier Tortosa le dio su oportunidad en Radio Granada y allí se formó el Eduardo Barrero que más tarde pasaría a la SER de Málaga, en plan de figura del periodismo deportivo. La saga de los Fernando Soria y Manuel Saucedo, altos representantes de la cantera deportivo-periodística granadina, tenía continuadores.

 * El Granada empieza la Liga con carácter de favorito. El primer partido de Los Cármenes provoca concentración de espías en la grada. Allí están el secretario técnico del Toledo y antiguo jugador del Granada, Braojos, el entrenador del Marbella, Kresic, el del Estepona, Burgueña, y el del Málaga, Ben Barek. Claro que para espionaje a lo bruto nada como el muy electrónico marcador que permite seguir al instante los resultados de Primera división. Ocho mil espectadores disfrutaron con su inauguración, el 6 de octubre de 1991, mientras el Granada sufría para derrotar al Córdoba con un mínimo 1-0.

* La eterna búsqueda del hombre-gol parece resuelta con el canario Andrés González, que debuta en ese partido del Córdoba y que será protagonista de un sonado caso. A Ernesto Martínez no le gustó porque “está muy lejos de ser el jugador que necesita la delantera rojiblanca”. Corbacho lo sacó como recambio en sus seis primeros partidos antes de darle una oportunidad como titular, mientras Andrés no hacía goles ni a tiros. En su octavo encuentro se estrenó por fin con dos goles a Los Boliches.  El 8 de diciembre es sustituido en el minuto 80 del partido jugado en La Línea ante el líder de la clasificación. Corbacho dice, sin darle mayor importancia, que “Andrés tenía unos pequeños mareos y aproveché para sustituirle”. Siete días más tarde se pierde un punto al empatar ante el Marino en casa y González declara después de jugar los 90 minutos que “el aficionado está decepcionado con mi actuación. Me han gritado durante el encuentro, pero yo seguiré intentando agradar al público”. Pero no podría hacerlo. Jaime Marti, jefe de los servicios médicos del club, descubre problemas en el corazón del jugador y le prohíbe jugar al fútbol. El entrenador “visiblemente contrariado” prescinde de Andrés y la directiva le propone rescindir el contrato. Andrés González, el goleador que no hace goles, con un diagnóstico que le retira prácticamente del fútbol y con un club que quiere largarlo para ahorrarse sus sueldos, inicia en solitario una batalla contra viento y marea. Una batalla que tendrá un sorprendente final feliz diez meses más tarde. Los veremos en el próximo capítulo.


El Granada de Parejo pierde en Los Cármenes con el Ejido (0-1). Peso, Álvarez, Ángel Cuenca, José Luis, Manolo y Notario; Jiménez, Barrio, Roberto Valverde, Padial y Molina

 * El murciano Fernando Cuenca juega poco, apenas cinco apariciones a lo largo de la temporada que tienen al jugador con los nervios de punta. Quizás por eso explota el 3 de mayo de 1992 al ser sustituido en el partido contra el Marino. Cuenca se acerca al banquillo insultando al entrenador y hasta intenta pegarle. Pepe Parejo se mantiene impertérrito mientras el delegado José Rey interviene personalmente “para evitar mayores problemas”. En la caseta el jugador se excusa porque “le quitaron cuando mejor estaba jugando” y reconoce que se merece una multa. Parejo quita hierro al asunto que “no tiene importancia” y la cosa no pasa a mayores. Pero, eso sí, Fernando Cuenca nunca más fue alineado con el Granada.

* Grueso error administrativo que deben adjudicarse técnicos y altos empleados del club. El Recreativo de Huelva juega en los Cármenes y pierde por 1-0, el 3 de noviembre de 1991. El canterano Padial fue autor del solitario gol del triunfo y punto de mira de los onubenses que se saben el reglamento al dedillo y protestan oficialmente por alineación indebida del jugador que, con ficha de aficionado por el Recreativo, tiene 23 años. Ello va en contra de la cláusula legal según la cual “los jugadores de los filiales que juegan en el primer equipo deben tener menos de 21 años si tienen categoría de aficionados o menos de 25 si su licencia es de profesional”. Nadie se había dado cuenta en el Granada y Padial había jugado ya siete partidos. El encuentro fue anulado con obligación de repetirse en campo neutral. Fue en Jaén y terminó con empate a uno. El Comité de Competición no multó al Granada por no apreciarse mala intención. Un despiste legal que costó un punto y los gastos del nuevo partido fuera de casa.

 * Fue una temporada tranquila en cuanto a declaraciones de los protagonistas a la prensa local. Padial, por ejemplo, explicaba ingenuamente su titularidad sin achacarla a su propia valía sino al hecho de que “en esta temporada han venido menos jugadores de fuera y tenemos facilidad para entrar en el grupo de convocados e incluso de jugar”.

 * Roberto Valverde pedía ocho millones y acabó firmando por cuatro, ya en el mes de noviembre. Su primer partido, ante el Jaén, no pudo ser mejor, salió en el segundo tiempo y consiguió dos goles. El titular de la crónica de Ideal no pudo ser más expresivo; “Roberto Valverde resucitó al Granada”.

* El empate en casa frente al Estepona trajo duras frases y el cese de Juan Corbacho. Ideal tituló que “Granada y Estepona insultaron al fútbol” El entrenador tiró la piedra y escondió la mano porque “sólo se rompen en el campo seis o siete jugadores”. El presidente Aragón estuvo de acuerdo en señalar que “algunos jugadores no dan la talla” y el directivo Ángel Fernández Oliveros terminó de poner la guinda a la tarta de la desilusión colectiva diciendo que “en el equipo no hay garra ni ilusión y así no se puede ganar”.

 * Pepe Parejo, el técnico de la casa que devolvió alegría e ilusión con valor para dar paso a jugadores de 17 años, fue tajante después de ganar al líder Linense el 26 de abril. En ese momento de fácil triunfalismo recordó que “ni éramos tan malos el día que perdimos en Marbella ni ahora somos tan magníficos” para terminar con una frase redonda y escatológica. “Si perdemos la fe tendremos que tirar de la cisterna y marcharnos”.

 * Buena noticia económica. El 18 de octubre de 1991, Roque Jiménez, directivo del Granada y miembro de la Comisión negociadora del Plan de saneamiento para equipos de 2ª división B, anuncia que la Liga de Fútbol Profesional acepta asumir la deuda global del Granada, hasta los 206.957.684 pesetas que el club presentó en su escrito del 31 de diciembre de 1985. Tras una tramitación de ¡siete años! sólo falta documentar debidamente la demanda para que dicha deuda, correspondiente a impuestos y cuotas de la Seguridad Social, desaparezca de los abultados números rojos que arrastra la contabilidad del Granada C.F.

 

 

Antonio Álvarez, sin duda el mejor fichaje de la temporada

LOS QUE HICIERON LA HISTORIA DEL GRANADA C.F.

 

Antonio Álvarez Giráldez

Fue la repetición, 50 años después, de aquel veterano extremo derecha que se llamaba Luis Marín, calvo y con boina, que llegó al Granada con 36 años y dio cinco temporadas de altísimo nivel para ganarse el cariño de los aficionados en su doble faceta de magnífico jugador y excelente persona.

El sevillano de Marchena, Antonio Álvarez Giráldez, también llegó al Granada con 36 años (porque nació el 10 de abril de 1955) y estuvo cuatro temporadas dando un extraordinario rendimiento para irse en 1995 dejando una estela de amigos, una peña con su nombre y un ejemplo de caballero y deportista.

Es el caso de Luis Marín, repetido exactamente 50 años después.


Campo de tierra de Los Boliches, donde se impone el Granada 1-5. Verdejo, Álvarez, José Manuel, José Luis y Ángel Cuenca; Barrio, Peso, Paquito, Padial, Andrés González y Roberto Valverde

El Sevilla

Era Antonio Álvarez hijo de un futbolista que no llegó a destacar pero que inculcó a sus tres hijos la afición al fútbol.  Antonio comenzó en el Nervión y después se fue a Alemania con toda su familia. Allí siguió jugando hasta que el Sevilla le reclamó para formar parte de su filial, el Sevilla Atlético. Eso fue en 1973-74. Dos años después pasaba al primer equipo sevillano, aunque tuvo que esperar para hacer su debut. Fue el 22 de febrero de 1976 contra todo un 1ª división que era, ni más ni menos que ¡el Granada C.F! Poco pensaba en aquel nervioso momento el marchenero de 21 años que aquel conjunto de rayas blanquirrojas sería el equipo donde se retiraría del fútbol 19 años más tarde.

Álvarez, que entonces era centrocampista, salió en la segunda parte para sustituir a Blanco y según la crítica, no logró mejorar nada el mal juego del Sevilla correspondido por el mal juego del Granada, que en aquella temporada sufría y penaba a las órdenes de Miguel Muñoz. Entrenaba a los sevillanos Roque Olsen, compañero de Muñoz en el glorioso Madrid de las primeras copas de Europa. En el Granada también salió en el segundo tiempo Luis Oruezábal, mientras que en el Sevilla fue sustituido Jaén, el ex granadinista.

          El centrocampista pronto se ubicó en su posición del centro de la defensa y en el conjunto titular. Fue uno de los jugadores mas rentables y con más larga trayectoria del conjunto del Sánchez Pizjuán. Llegó en 1975-76 y se fue en 1988 cuando sus 33 años cumplidos hicieron pensar a los técnicos que ya poco podía rendir. Así que recaló en el Málaga, donde fue igualmente un jugador impecable y rentable durante tres temporadas.

El Granada

En septiembre de 1991 tenia ya 36 años, una edad en que la mayoría de los futbolistas se han retirado. Fue justo en ese momento cuando Antonio Álvarez se vino al Granada C.F., que era un equipo de 2ª B con aspiraciones.

Casi todo el mundo creía que, pese a su exquisita técnica, el sevillano no estaba ya para muchos trotes y el Granada no era más que una excusa para prolongar un año su actividad y vegetar tranquilamente a los pies de la Alhambra.

Pero las cifras, como el algodón, no engañan. Y las cifras de Álvarez en el Granada son mejores que la inmensa mayoría de los jugadores, jóvenes, maduros o veteranos que han pasado por el club a lo largo de su historia.

El defensa sevillano estuvo cuatro temporadas en el Granada y jugó 145 partidos de los 172 que el equipo disputó en total en esos cuatro años.


Derrota en el Villamarín ante el filial bético. Verdejo, Álvarez, José Manuel, Manolo, Moisés y Figueroa; Peso, Jiménez, Padial, Molina y Barrio

En la temporada 1991-92 jugó 31 partidos de los 40 posibles. Las últimas ocho jornadas de esta temporada Antonio Álvarez las jugó en el C.D. Málaga, de Segunda A, cedido por el Granada a petición de los vecinos, que luchaban desesperadamente por evitar un descenso a la maldita Segunda B que al final no pudieron eludir. Eran los últimos meses de vida del histórico y “fraternal” CD Málaga.

En 1992-93, jugó 47 de los 48 celebrados.

En 1993-94, 40 de los 42 jugados

Y en 1994-95, mientras celebraba sus 40 años de vida, aun llegó a estar presente en 27 partidos oficiales de los 42 en que participó el Granada.

Es un palmarés de asombro que se comenta por si solo. Pero es que Álvarez fue siempre el jugador fiable en que todos sus entrenadores confiaron a pie juntillas. Su categoría profesional rayó siempre en lo más alto y su calidad humana corrió pareja con la futbolística.

Internacional

La mala suerte evito que fuera internacional. Fue seleccionado, hizo diez días de concentración en Madrid, viajó a Málaga, porque el partido se disputaba en la Rosaleda, salió al campo y se lesionó antes de empezar el partido. Mala suerte en un jugador que se lesionaba poco y que es seguramente uno de los futbolistas que más encuentros oficiales ha disputado en los tres equipos profesionales donde prestó sus valiosos servicios durante 22 años.

El Sevilla, otra vez

Desde su retirada en 1995, Álvarez regresó a Sevilla y al Sevilla donde ha estado largos años como segundo entrenador y ahora trabaja para la secretaria técnica en el papel de ojeador y seguidor de jugadores que pueden ser interesantes para su club. 










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