HISTORIA
DEL GRANADA C.F.
Capítulo 60
Temporada 1991-92
PEPE
PAREJO Y EL “DESCUBRIMIENTO” DE LA CANTERA
El
último partido de esta temporada marca un hito difícilmente repetible, con once
granadinos formando el equipo. Como suele decir el Chavo del Ocho en su serie
mexicana de televisión cada vez que comete un estropicio… ”Fue sin querer
queriendo”. Y es que tuvieron que darse una serie de circunstancias no buscadas
para que este hito histórico se concretara sin que muchos de sus protagonistas,
incluidos la mayor parte de los aficionados, supiera apreciar lo que pudo haber
sido y no fue.
Por
la austeridad a la cantera
Pepe
Aragón, presidente entusiasta que juega la carta de la humildad, se proclama
partidario de la cantera y habla de su proyecto cuatrienal que dará un Granada
nuevo y pujante. El momento parece adecuado tras el sonado fracaso deportivo y
económico de José Antonio Murado y la eclosión de un grupo de jugadores locales
que, bajo la dirección de Pepe Parejo, han conseguido ascender al Recreativo a
la 3ª división, perdida hace muchas temporadas.
Salvando
las distancias, parece repetirse el remoto caso de Manolo Ibáñez en 1952,
cuando salió la mejor promoción del filial.
Ernesto Martínez se acuerda de Butragueño y su quinta del buitre para
escribir sobre nuestra “quinta del Recre” derramando el tarro de las esencias
sobre los Molina, Padial, Barea, Neskens, Morales y Paquito, que fueron la base
del conjunto que logró ascender gracias a “una mezcla de ingenio y técnica, de
fuerza y velocidad”. Recuerda Ernesto que “varios de ellos ya habían realizado
la pretemporada con el primer equipo en años anteriores, pero el miedo de los
entrenadores, el carrusel interminable de mediocres fichajes y una afición
drogada por nombres que no demostraron nada, cerraron el paso a los
canteranos”.
La
plantilla
El 12
de agosto de 1991, el nuevo entrenador, Juan Corbacho, hace los descartes de
cinco jugadores (los granadinos Del Moral, Cortés y Rafa, el portero bilbaíno
Núñez y el malagueño Robles) para quedarse con una plantilla de 17 hombres,
diez de los cuales son locales.
Luego
regresa el guardameta Verdejo, titular en el Lérida durante varias temporadas,
y ya son once los granadinos. Se anuncia que faltan dos refuerzos para la
delantera y que posiblemente Notario sea traspasado, quedando entonces un grupo
de 19 futbolistas que se juzga la cifra ideal para afrontar la temporada.
Pero
en días sucesivos vendrá la incongruencia absurda que rompe el esquema
previsto. Efectivamente se traen tres delanteros en lugar de los dos
anunciados, que son el bastetano Roberto Valverde (tras dos buenas temporadas
en el Valladolid), Barrio y Andrés González. Pero a ellos se añaden los
defensas Manolo (con larga historia en el Barcelona y Murcia), Figueroa y los
hermanos mellizos Ángel y Fernando Cuenca.
En el
curso de la temporada se incorporarán intermitentemente los recreativistas
Guti, Ayuso, Lalo y Criado, hasta completar una plantilla de 29 jugadores, muy
lejana de los 19 proyectados.
Pero,
eso sí, 16 de esos 29 son granadinos. Nunca en su historia el club ha contado
con tantos jugadores locales. Vale la pena recordar sus nombres; Notario,
Verdejo, Morales, Padial, Peso, Guti, Paquito, Leo, Molina, Neskens, Lalo,
Ayuso, Barea, Criado, Roberto Valverde y Víctor. Cuando cesa Corbacho y Pepe
Parejo se hace cargo del equipo, el granadinismo se hace más intenso y hasta se
puede dar el caso insólito de un equipo del Granada integrado por once
granadinos y un entrenador también de la tierra.
De
Corbacho a Parejo
Para
llegar a ese final hubieron de ocurrir muchas cosas. Entre ellas que Corbacho
confía plenamente en sus veteranos y arma un conjunto con siete pilares que
pasan de los 30 años; Verdejo, Álvarez, Figueroa, Manolo, José Manuel, José
Luis y Moisés.
El
primer partido en los Cármenes permite lanzar las campanas al vuelo tras un
triunfal 4-1 con excelente fútbol. Luego vienen días menos afortunados, la
situación se deteriora y, como siempre, el entrenador paga el pato. Duelen especialmente las derrotas ante el
Jerez de José Enrique Díaz y el Ejido de Lalo.
De la
derrota ante los jerezanos, que ganaron 0-3 en Los Cármenes, se culpa al
técnico, a la veterana defensa y a un árbitro de curioso apellido que muestra
cinco tarjetas amarillas y expulsa a José Luis y a Corbacho. El juez de la
contienda se llama José Precioso Rodríguez, salió escondido por la puerta de
General y, según Ideal, tuvo “una actuación nefasta”.
Ante
el Ejido se repite derrota con otros tres goles y Corbacho declara que algunos
de sus hombres “juegan de etiqueta” y que pedirá medidas a la directiva. Pero
los once goles encajados en cuatro encuentros consecutivos no hacen mella en
las ideas del entrenador, que mantiene el armazón defensivo con Verdejo, Peso,
Álvarez, José Manuel, Figueroa y Manolo. Y el tiempo le da la razón porque
estos mismos jugadores se rehabilitan recibiendo sólo 10 tantos en los 10
partidos siguientes.
De
todas formas, el cese del entrenador llega en febrero tras sendos empates en
casa con Extremadura y Estepona. Y Corbacho se va dejando al equipo con tres
positivos y en octavo lugar de la tabla. Se abre la “era Parejo”.
El
Granada para los granadinos
Pepe
Parejo viene del Recreativo y ha “parido” a casi todos los canteranos que
tienen ficha en el primer equipo. Lucas Alcaraz le sustituye al frente del
filial y a partir de ese momento, junto a los ya habituales en el once titular,
que eran Notario o Verdejo, Peso, Padial, Molina y Roberto Valverde, entran
asiduamente Paquito, Barea, Lalo, Guti, Neskens, Ayuso y Criado. Poco a poco
van desapareciendo todos los veteranos y, a pesar de duros golpes como el 6-1
encajado en Marbella, Parejo aumenta gradualmente la dosis de granadinismo
hasta el punto de que en los tres últimos encuentros jugados en casa son nueve,
diez y once los jugadores de la cantera.
La
guinda final fueron los diez minutos postreros del partido que cerraba
Aquel
Granada de los granadinos hizo historia con estos nombres: Notario, Guti,
Paquito, Ayuso, Padial, Molina, Víctor, Lalo, Neskens, Víctor, Roberto Valverde
y Barea.
Aquel
día histórico Pepe Parejo declaró que no había sacado desde el principio el
once que terminó el partido porque “no le pareció ético”.
Pero
tampoco parece demasiado ético el fichaje de un nuevo entrenador para la
próxima temporada. La directiva corta así al hombre que ha tenido éxito con un
trabajo de varios años y rompe de cuajo el proyecto de revitalización de la
cantera, que estaba dando evidentes frutos. Pero no se renovó a Pepe Parejo y
se trajo desde Santander a Nando Yosu.
Granada
S.A.
El 26
de septiembre de 1991 hubo Asamblea general ordinaria en el salón de actos de
Electrodomésticos Sánchez, con la presencia de 50 socios. Los mismos que antes
habían otorgado todo el poder a José Antonio Murado critican ahora su gestión
presidencial y piden una auditoría para ver cómo se aumentó en 330 millones de
pesetas la deuda del club y porqué el ex presidente, que tantas veces dijo que
sus aportaciones eran a fondo perdido, ahora aparece como deudor con 156
millones reconocidos oficialmente.
El
déficit de la temporada 1990-91 fue de 166.849.198 pesetas, ampliamente
superior a los 101 millones de números rojos, presupuestados. De esta forma la
deuda global del Granada se eleva ya a 1.193 millones de pesetas, de los que
386 se deben a ex directivos,
Para
la presente temporada de 1991-92
Pero
lo más noticioso de la tranquila Asamblea es la vía libre otorgada por los
socios para convertir al club en sociedad anónima, como establece
Un
largo proceso que debería estar terminado el 30 de junio de 1992 y que se
alargará por mucho tiempo más.
Sigue
sin tener importancia para el Granada C.F. Como ya va siendo habitual, se
reduce a una eliminatoria que se pierde y queda liquidado el engorroso torneo.
Esta vez se sumó además el hecho de que la primera eliminatoria copera se juega
los días 21 y 25 de agosto de 1991.
Corbacho y el equipo apenas consiguen traer gente desde la playa y
aunque se gana al Jaén en Los Cármenes por 2-0, los jienenses superan el
tanteo, ganan por 3-0 en
* Días de alegría preceden a
otros de tristeza. Las muertes de dos ex directivos notables les traen de nuevo
al recuerdo de todos. Son Pepe Ocaña que desde su antiguo bar “El Sota” tanto
hizo por el fútbol granadino y del Realejo en particular; y Emilio Bueso, autor
de la letra del segundo himno del Granada y eficiente secretario del club. Las
alegrías vinieron de la mano del XIX Trofeo cuando el entonces entrenador del
Málaga, Ben Barek, recibió la insignia de oro del Granada, como premio a sus
pasados servicios. Otra insignia áurea fue para el alcalde Jesús Quero, como
anticipo de los servicios (en forma de 30 millones de subvención) que se
esperan de él en el próximo futuro.
* La placa que el Ayuntamiento
de Granada regaló al Málaga por su participación en Trofeo tuvo que ser
recogida por el joven periodista granadino, afincado en
* El Granada empieza
* La eterna búsqueda del
hombre-gol parece resuelta con el canario Andrés González, que debuta en ese
partido del Córdoba y que será protagonista de un sonado caso. A Ernesto
Martínez no le gustó porque “está muy lejos de ser el jugador que necesita
la delantera rojiblanca”. Corbacho lo sacó como recambio en sus seis
primeros partidos antes de darle una oportunidad como titular, mientras Andrés
no hacía goles ni a tiros. En su octavo encuentro se estrenó por fin con dos
goles a Los Boliches. El 8 de diciembre
es sustituido en el minuto 80 del partido jugado en
* El murciano Fernando Cuenca juega poco,
apenas cinco apariciones a lo largo de la temporada que tienen al jugador con
los nervios de punta. Quizás por eso explota el 3 de mayo de 1992 al ser
sustituido en el partido contra el Marino. Cuenca se acerca al banquillo
insultando al entrenador y hasta intenta pegarle. Pepe Parejo se mantiene
impertérrito mientras el delegado José Rey interviene personalmente “para
evitar mayores problemas”. En la caseta el jugador se excusa porque “le
quitaron cuando mejor estaba jugando” y reconoce que se merece una multa.
Parejo quita hierro al asunto que “no tiene importancia” y la cosa no pasa a
mayores. Pero, eso sí, Fernando Cuenca nunca más fue alineado con el Granada.
* Grueso error administrativo
que deben adjudicarse técnicos y altos empleados del club. El Recreativo de
Huelva juega en los Cármenes y pierde por 1-0, el 3 de noviembre de 1991. El
canterano Padial fue autor del solitario gol del triunfo y punto de mira de los
onubenses que se saben el reglamento al dedillo y protestan oficialmente por
alineación indebida del jugador que, con ficha de aficionado por el Recreativo,
tiene 23 años. Ello va en contra de la cláusula legal según la cual “los
jugadores de los filiales que juegan en el primer equipo deben tener menos de
21 años si tienen categoría de aficionados o menos de 25 si su licencia es de
profesional”. Nadie se había dado cuenta en el Granada y Padial había jugado ya
siete partidos. El encuentro fue anulado con obligación de repetirse en campo
neutral. Fue en Jaén y terminó con empate a uno. El Comité de Competición no
multó al Granada por no apreciarse mala intención. Un despiste legal que costó
un punto y los gastos del nuevo partido fuera de casa.
* Fue una temporada tranquila en cuanto a
declaraciones de los protagonistas a la prensa local. Padial, por ejemplo,
explicaba ingenuamente su titularidad sin achacarla a su propia valía sino al
hecho de que “en esta temporada han venido menos jugadores de fuera y
tenemos facilidad para entrar en el grupo de convocados e incluso de jugar”.
* Roberto Valverde pedía ocho millones y acabó
firmando por cuatro, ya en el mes de noviembre. Su primer partido, ante el
Jaén, no pudo ser mejor, salió en el segundo tiempo y consiguió dos goles. El
titular de la crónica de Ideal no pudo ser más expresivo; “Roberto Valverde
resucitó al Granada”.
* El empate en casa frente al
Estepona trajo duras frases y el cese de Juan Corbacho. Ideal tituló que
“Granada y Estepona insultaron al fútbol” El entrenador tiró la piedra y
escondió la mano porque “sólo se rompen en el campo seis o siete jugadores”.
El presidente Aragón estuvo de acuerdo en señalar que “algunos jugadores no dan
la talla” y el directivo Ángel Fernández Oliveros terminó de poner la guinda a
la tarta de la desilusión colectiva diciendo que “en el equipo no hay garra
ni ilusión y así no se puede ganar”.
* Pepe Parejo, el técnico de la casa que
devolvió alegría e ilusión con valor para dar paso a jugadores de 17 años, fue
tajante después de ganar al líder Linense el 26 de abril. En ese momento de
fácil triunfalismo recordó que “ni éramos tan malos el día que perdimos en
Marbella ni ahora somos tan magníficos” para terminar con una frase redonda
y escatológica. “Si perdemos la fe tendremos que tirar de la cisterna y
marcharnos”.
* Buena noticia económica. El 18 de octubre de
1991, Roque Jiménez, directivo del Granada y miembro de
LOS
QUE HICIERON
Antonio
Álvarez Giráldez
Fue la
repetición, 50 años después, de aquel veterano extremo derecha que se llamaba
Luis Marín, calvo y con boina, que llegó al Granada con 36 años y dio cinco
temporadas de altísimo nivel para ganarse el cariño de los aficionados en su
doble faceta de magnífico jugador y excelente persona.
El
sevillano de Marchena, Antonio Álvarez Giráldez, también llegó al Granada con
36 años (porque nació el 10 de abril de 1955) y estuvo cuatro temporadas dando
un extraordinario rendimiento para irse en 1995 dejando una estela de amigos,
una peña con su nombre y un ejemplo de caballero y deportista.
Es el
caso de Luis Marín, repetido exactamente 50 años después.
El
Sevilla
Era
Antonio Álvarez hijo de un futbolista que no llegó a destacar pero que inculcó
a sus tres hijos la afición al fútbol.
Antonio comenzó en el Nervión y después se fue a Alemania con toda su
familia. Allí siguió jugando hasta que el Sevilla le reclamó para formar parte
de su filial, el Sevilla Atlético. Eso fue en 1973-74. Dos años después pasaba
al primer equipo sevillano, aunque tuvo que esperar para hacer su debut. Fue el
22 de febrero de 1976 contra todo un 1ª división que era, ni más ni menos que
¡el Granada C.F! Poco pensaba en aquel nervioso momento el marchenero de 21
años que aquel conjunto de rayas blanquirrojas sería el equipo donde se
retiraría del fútbol 19 años más tarde.
Álvarez,
que entonces era centrocampista, salió en la segunda parte para sustituir a
Blanco y según la crítica, no logró mejorar nada el mal juego del Sevilla
correspondido por el mal juego del Granada, que en aquella temporada sufría y
penaba a las órdenes de Miguel Muñoz. Entrenaba a los sevillanos Roque Olsen,
compañero de Muñoz en el glorioso Madrid de las primeras copas de Europa. En el
Granada también salió en el segundo tiempo Luis Oruezábal, mientras que en el
Sevilla fue sustituido Jaén, el ex granadinista.
El centrocampista pronto se ubicó en su posición del centro
de la defensa y en el conjunto titular. Fue uno de los jugadores mas rentables
y con más larga trayectoria del conjunto del Sánchez Pizjuán. Llegó en 1975-76
y se fue en 1988 cuando sus 33 años cumplidos hicieron pensar a los técnicos
que ya poco podía rendir. Así que recaló en el Málaga, donde fue igualmente un
jugador impecable y rentable durante tres temporadas.
El
Granada
En
septiembre de 1991 tenia ya 36 años, una edad en que la mayoría de los
futbolistas se han retirado. Fue justo en ese momento cuando Antonio Álvarez se
vino al Granada C.F., que era un equipo de 2ª B con aspiraciones.
Casi
todo el mundo creía que, pese a su exquisita técnica, el sevillano no estaba ya
para muchos trotes y el Granada no era más que una excusa para prolongar un año
su actividad y vegetar tranquilamente a los pies de
Pero
las cifras, como el algodón, no engañan. Y las cifras de Álvarez en el Granada
son mejores que la inmensa mayoría de los jugadores, jóvenes, maduros o
veteranos que han pasado por el club a lo largo de su historia.
El
defensa sevillano estuvo cuatro temporadas en el Granada y jugó 145 partidos de
los 172 que el equipo disputó en total en esos cuatro años.
En la
temporada 1991-92 jugó 31 partidos de los 40 posibles. Las últimas ocho
jornadas de esta temporada Antonio Álvarez las jugó en el C.D. Málaga, de
Segunda A, cedido por el Granada a petición de los vecinos, que luchaban
desesperadamente por evitar un descenso a la maldita Segunda B que al final no
pudieron eludir. Eran los últimos meses de vida del histórico y “fraternal” CD
Málaga.
En
1992-93, jugó 47 de los 48 celebrados.
En
1993-94, 40 de los 42 jugados
Y en
1994-95, mientras celebraba sus 40 años de vida, aun llegó a estar presente en
27 partidos oficiales de los 42 en que participó el Granada.
Es un
palmarés de asombro que se comenta por si solo. Pero es que Álvarez fue siempre
el jugador fiable en que todos sus entrenadores confiaron a pie juntillas. Su
categoría profesional rayó siempre en lo más alto y su calidad humana corrió
pareja con la futbolística.
Internacional
La
mala suerte evito que fuera internacional. Fue seleccionado, hizo diez días de
concentración en Madrid, viajó a Málaga, porque el partido se disputaba en
El
Sevilla, otra vez
Desde su retirada en 1995, Álvarez regresó a Sevilla y al Sevilla donde ha estado largos años como segundo entrenador y ahora trabaja para la secretaria técnica en el papel de ojeador y seguidor de jugadores que pueden ser interesantes para su club.
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