HISTORIA DEL
GRANADA C.F.
Capítulo
8
Temporada
1939-40
REMONTANDO
La renacida Comisión Ejecutiva, que se había hecho cargo del Club el 20 de mayo de 1936, reanudó su trabajo cuatro meses después de terminada la guerra. Fue el 7 de agosto de 1939, en plena canícula y con la urgencia de la temporada que se avecinaba, la primera tras la guerra.
La reunión de aquel día de verano se saldó con la creación de dos comisiones.
1.- La Económica, que “se ocupará de las dificultades económicas que vienen de antes de la guerra” y especialmente de “resolver el problema de la deuda con los antiguos propietarios de los Cármenes”. Para ello se abre la inscripción de socios, con plaza reservada hasta fin de mes de agosto a quienes lo eran en 1936.
La secretaría provisional del Club está en la planta alta del café Granja Nacional y funciona de seis a nueve de la tarde.
2.- La Deportiva, con la misión de fichar jugadores e inscribir al Recreativo en el Campeonato Regional Andaluz que comienza en septiembre, por lo que es un medio idóneo para probar jugadores y estudiar posibilidades.
Antonio Bombillar, al que se acude como si aquel contrato de hace tres años se hubiera firmado ayer, es el encargado de rebuscar en el reducido mercado de futbolistas. Y hay que recurrir a un sistema propio de equipos infantiles, que nunca se ha utilizado en el fútbol profesional, al menos en el de Granada.
En Ideal del 12 de agosto se publica una llamada a “todos los futbolistas granadinos para que
acudan el domingo día 13 (o sea al día siguiente) a las nueve de la mañana al campo de los Cármenes, donde se celebrará
un entrenamiento para seleccionar a los que hayan de defender al equipo en la
próxima temporada”.
Y cada aspirante debe llevar consigo su equipación completa. De esta forma tan elemental se inicia la búsqueda de jugadores para un equipo de 2ª división nacional. Parece increíble, pero fue verdad.
También en Madrid hay actividad, pero más de de tipo
político que deportivo. El ente llamado “Comité Nacional de Deportes” anuncia
una “rigurosa depuración” para dejar,
nunca mejor dicho, fuera de juego a los “rojos” que ahora pretendan jugar al
fútbol o hacer cualquier otro deporte. Hay que limpiar la era y en la
depuración caen muchos futbolistas importantes junto a otros más modestos como
los futuros granadinistas González y Trompi. También se fiscalizan los sueldos
de los jugadores y se fijan mensualidades máximas de 600 pesetas en 1ª y 400 en
2ª división.
Un nuevo equipo
Poco a poco se van viendo las posibles incorporaciones. Se hace otro “entrenamiento” con llamada libre a quienes quieran jugar en el Recreativo. Y al mismo tiempo, van regresando algunos de los antiguos recreativistas que viven en Granada y otros, como Aguileño, que se han pasado la guerra jugando en equipos del norte de África.
Bombillar rechaza un partido en Linares por no tener suficientes efectivos, pero acepta otro en Baeza para el 8 de septiembre de 1939. Han pasado tres años, dos meses y 26 días desde el último encuentro, aquel amistoso con el Sevilla en los Cármenes del 12 de junio de 1936.
En Baeza jugaron Martínez, Leoncio, Zubeldía, Cepillo, Manchado, Abril, Juanele, Herranz, Bombillar, Jesús Hernández (un madrileño a prueba) y Aguileño. Todos eran granadinos, menos el jugador a prueba, que no gustó. Ganó el Recreativo por 2-1 con goles de Aguileño y Cepillo.
El Campeonato Regional Andaluz
El 17 de septiembre se inicia este torneo donde acompañan al conjunto granadino los del Cádiz, Racing de Córdoba, Sevilla, Betis, Onuba de Huelva, Jerez y Malacitano. Ocho equipos en liga a doble vuelta que son 14 jornadas.
El Recreativo afrontó el campeonato con esta
plantilla provisional:
Porteros: Martínez, Corona y Valencia
Defensas: Millán, Leoncio, Patricio,
Medios: Torquemada, Cepillo, Manchado, Abril,
Herranz, Bombillar
Delanteros: Prieto, Aguileño, Fernández, Juanele, Carrillo y Nin.
Hay una inmensa mayoría de jugadores locales, pero la ilusión y las esperanzas depositadas en ellos se deshacen muy pronto. El equipo no funciona y pierde los siete primeros partidos en el Regional, además de recibir siete goles ante el Sevilla.
En “Ideal” no se andan con medias tintas. Tras la
derrota del primer encuentro en los Cármenes, y primero de
- “¿Quien
tiene la culpa de que los jugadores granadinos sean tan malos? Los aficionados
que chillan y piden que se traiga gente de fuera lo que tienen que hacer es
convertirse en directivos y poner su dinero. No se puede pedir más a los
directivos que se están sacrificando.”
Esos directivos son pocos, entre ellos el presidente
Ricardo Martín Campos, el vicepresidente Emilio Orozco Díaz y el tesorero
Francisco Cristiá, integrantes de
Casi borrón y cuenta nueva es el resultado final del Campeonato Regional Andaluz. Hay que dar carpetazo a la idea de un equipo basado en la cantera y buscar jugadores buenos y experimentados. Y a Madrid se marchan con esa misión, según cuenta el diario “Patria”, dos directivos que el periódico falangista no duda en calificar como “los camaradas Martín Campos y Cristiá”.
Lo primero que hacen es buscar un entrenador y elijen
al ex jugador recreativista Manolo Valderrama, que estaba entrenando a
En días sucesivos llegarán el veterano internacional Gaspar Rubio, el soldado canario Sosa, el extremo Timimi, del Betis, Mesa, Domenech y Navarro, más el regreso de Luis Sosa, delantero canario que ya había pertenecido al Recreativo antes del parón de la guerra. Ellos conformarán la nueva plantilla junto a doce de los que habían jugado el Campeonato Andaluz: Fernández, Aguileño, Millán, Nin, Carrillo, Patricio, Osorio, Manchado, Valencia, Torquemada, Bombillar y Cepillo. Entre los siete que reciben la baja están ilustres futbolistas de la primera etapa del Club como Herranz y Juanele.
Hay que comprar camisetas
El 3 de diciembre de 1939 se inicia la liga de 2ª división. El Recreativo no tiene camisetas presentables y, como en Granada no se consiguen, se faculta al directivo Luis Sánchez Urrutia para que, con dos compañeros, compre en Madrid las camisetas blanquiazules necesarias. El problema es que tampoco en Madrid abundan los artículos deportivos y ante la falta de equipaciones con el color deseado, los enviados especiales se traen un lote bueno, bonito y barato de camisetas rojiblancas. Dicen que Luis Sánchez Urrutia las pagó de su bolsillo y que los nuevos colores cayeron bien entre jugadores y aficionados. Al fin y al cabo, eran los del Athletic de Bilbao, el equipo admirado y envidiado de todos, aunque bastantes de sus máximas figuras fueran “rojos” o nacionalistas vascos y se habían afincado, después de la guerra, en México, Argentina y Francia. De aquella delantera integrada por Lafuente, Irarragorri, Bata, Chirri y Gorostiza solo quedaba el extremo izquierdo, incorporado al Valencia. Pero ya se estaban criando, en los caseríos de los alrededores de Bilbao, los Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gainza que, pocas temporadas después seguirían dando días de gloria a los colores rojiblancos bilbaínos. Los mismos que desde ahora luciría el Granada.
Una campaña sensacional
Como reliquia de tiempos pasados, quedaban Aguileño,
el granadino de Águilas, que estuvo desde la segunda temporada, la de 1932-33,
y Luis Sosa. Solo un granadino, el gran Pepe Millán, era titular en el equipo
sensación de la renacida liga.
El final fue triste y emocionante. El Recreativo estaba obligado a ganar en Córdoba, en el partido de la penúltima jornada, pero solo logró un empate. La victoria por 5-1 ante el Ceuta una semana después no sirvió porque el Cádiz, imbatible por todos menos por los granadinos, no falló y acabó en primer lugar de la tabla con un punto más.
A pesar de que el Recreativo había empatado en Cádiz y ganado en Granada a los gaditanos, aquel punto perdido en Córdoba costó la clasificación para la liguilla de ascenso.
La espléndida campaña recreativista, con un total de 22 puntos de los 28 posibles, supusieron una efectividad del 78,57%, estableciendo un récord que todavía no se ha superado.
Por cierto, el Cádiz no ascendió a 1ª. No le fue bien en la liguilla y siguió en 2ª para ver, en la temporada siguiente, cómo el Granada sí lo conseguía.
Más amistosos
La liga de 2ª división terminó el 3 de marzo de 1940.
Había que buscar “trabajo” a los jugadores y diversión a los espectadores. Y el
Recreativo se “apuntó” al torneo amistoso llamado “Trofeo Presidente de
El torneo sirvió para probar algunos jugadores con vistas a la próxima temporada: el delantero Meseguer y los granadinos Sol, Cepillo, Nin, Osorio, Manchado, y hasta el repescado Herranz.
Siguieron luego unos cuantos partidos amistosos llenos de probaturas: Casas, Chamorro, Carbonilla, Cabo, Carreras, Núñez y Mariano, de los que ninguno llegó a quedarse. Y así hasta el 28 de mayo.
En todo este periodo ya no estuvo Manolo Valderrama
al frente del equipo. Nadie le echó, pero el técnico se fue alegando que tenía
abandonados sus negocios en Madrid. Como era corriente en aquellos años, no le
sustituyó otro entrenador de fuera, ni su segundo (puesto que entonces ni se
había inventado) ni el preparador físico, que no existía. Lo normal entonces
era que el jugador más veterano y experimentado ocupara provisionalmente el
puesto de entrenador. Y en el Recreativo fue Gaspar Rubio el que asumió la
responsabilidad.
El primer himno del Granada y el que más profundamente ha quedado en su historia, lo hizo el compositor Luis Mejías Castilla en 1939, en los momentos de euforia narrados en este capitulo, cuando el renacido Recreativo estaba a punto de clasificarse para la liguilla de ascenso a 1ª división.
Luis Mejías gozaba de amplia popularidad, como
compositor, intérprete y director de una “orquestina” que amenizaba fiestas y
verbenas en
Mejías declaró a “Ideal”, el 19 de enero de 1940,
que lo había escrito en menos de media hora porque “había prometido estrenarlo por la tarde y a las tres aun no lo había
comenzado”. El autor reconoce que “el
himno no vale nada, yo lo sé, pero he querido hacer una música pegadiza y fácil
y creo que lo he conseguido porque veo que los aficionados lo aprendieron con
asombrosa facilidad”.
El autor dedicó su himno al entrenador Manolo Valderrama. Y la letra quedó inmediatamente obsoleta porque el club dejó de llamarse Recreativo de Granada y tampoco fue “¡campeón!”, como machaconamente se repite en el himno. Por eso hubo que acomodar la letra en la temporada siguiente, la de 1940-41, y no he podido saber si el cambio lo hizo el propio Luis Mejías.
Para que quede constancia aquí incluyo la letra primitiva agregando en cursiva los cambios que se introdujeron en la segunda versión. Solo se libró del cambio la primera cuarteta de versos.
Con
valor, con entusiasmo y alegría
Luchando
en noble lid fuiste el vencedor
Los
combates que libraste día tras día
En
todos conquistaste el lauro del honor
Los
granadinos te proclaman campeón ¡campeón!
Todos
los hinchas ponen en ti su ilusión ¡su ilusión
Lleno de gloria te proclamas campeón ¡campeón!
Los granadinos en ti ponen su ilusión ¡Su ilusión!
Tu
carrera victoriosa hasta el final
sigue
sin vacilar ¡hay que triunfar!
Tu carrera victoriosa terminó
ganando el título de campeón
¡Campeón,
campeón!
Recreativo
de Granada tu serás campeón, campeón
Al
final de la contienda triunfarás ¡triunfarás!
El Granada es por bravura y corazón ¡corazón!
Ya lograste el preciado galardón ¡galardón!
¡Campeón, campeón!
Ya
te llama con cariño la afición
Recreativo
de Granada campeón, campeón
Con cariño te proclama la afición
Noble equipo de Granada campeón, campeón
¡Campeón!
Con estos cambios y el resultado final de la liguilla de ascenso a 1ª división, en 13 de abril de 1941, la nueva letra del himno respondería, por fin, a la realidad. El equipo cantado se llamaba Granada C.F. y había quedado ¡campeón!, de toda la 2ª división española.
*
El canario Luis Sosa (no confundir con Valentín Jorge Sosa), quizás algo torpón
pero corpulento y efectivo, desde la tercera jornada de
* Durante el descanso del partido correspondiente a la décima jornada de Liga (eran 14 en total) aparece un señor enarbolando un cartel con el que da la vuelta al campo de los Cármenes. Por este inusitado medio de urgencia comunica el diario “Ideal” a todos los espectadores que el Malacitano le ha ganado al Cádiz por 5-3. Este resultado sitúa al Recreativo en segundo puesto de la clasificación apenas a dos puntos del líder gaditano.
*
Siete días después, el 11 de febrero de 1940, parte de la expedición del
Recreativo, que ha ganado 1-3, en Tánger, sufre un accidente de carretera.
Entre los varios contusionados la peor parte se la llevó el extremo Mesa con
una lesión grave que le tuvo más de un mes sin poder jugar.
* El 18 de febrero de 1940 el Recreativo se enfrenta al líder Cádiz en los Cármenes. Hay lleno total para presenciar el emocionante encuentro que acaba con el triunfo granadino por 2-1. Pero la desgracia se ceba en el extremo Aguileño, que sufre una grave lesión, y en el medio Maside, que es expulsado. Con estas dos ausencias fundamentales el Recreativo tiene que afrontar el decisivo encuentro del domingo siguiente en Córdoba.
* Las desgracias se van sumando. Para suplir la ausencia del lesionado Mesa, se ha fichado al ex bético Timimi, un extremo veterano y de gran clase que jugaba en Córdoba su segundo partido con los colores rojiblancos. Pues aquel 25 de febrero de 1940, el defensa cordobés Monasterio, en una alevosa entrada, le produjo a Timimi la fractura de la tibia y el peroné de la pierna izquierda. El agresor fue expulsado pero el granadino no volvió a jugar al fútbol.
* Este partido de Córdoba fue retransmitido por Radio Granada en la voz del periodista del diario “Patria” Zubeldia. La emisora granadina no tenía especialista deportivo en su cuadro de locutores y recurrió, como otras veces, a un periodista de la prensa escrita. Y, por cierto, se corrió el rumor de que el Recreativo había comprado el partido, aunque el empate final, que no servía para nada, demostró la falsedad de tal afirmación.
* El torneo de Liga tuvo un final agobiante. Aparte de la emoción por la posible clasificación, el Recreativo acabó con nueve jugadores los dos partidos decisivos; Frente al Cádiz: Maside expulsado y Aguileño lesionado. En Córdoba: Nin expulsado y Timimi lesionado. Por eso, en el partido final ante el Ceuta, la delantera tuvo que formarse con el medio Fernández en el centro del ataque y los poco habituales Carrillo y Osorio en ambos extremos. Para sorpresa de todos, los suplentes consiguieron cuatro de los cinco goles que se llevó el Ceuta de los Cármenes; Osorio logró dos, Carrillo uno y Fernández otro. Y el indiscutible Trompi, marcó el restante.
*
El 15 de marzo de 1940, una vez terminada
UN PARTIDO PARA EL RECUERDO
Recreativo de Granada 1
Malacitano 0
3
de diciembre de 1939
Campeonato
de Liga de 2ª división. 1ª jornada
Campo
de los Cármenes
Arbitro;
Domínguez (Colegio Sur)
Alineación del Recreativo de Granada
(Con
el sistema 1-2-3-5)
Valencia
Millán,
Patricio
Santos,
Maside, Torquemada
Osorio,
Trompi, Fernández, Rubio y Aguileño
Entrenador:
Manolo Valderrama
Presidente;
Ricardo Martín Campos
Alineación del Malacitano
(Con
el sistema 1-2-3-5)
Padrin
Chales,
Salas
Pepito,
Salazar, Mitge
Meri,
Tomasín, Calderón, García y Chacho
Los goles
1-0. Min. 40. Aunque parezca mentira el pequeño Trompi marca de cabeza un centro de Rubio
Circunstancias
Es el primer partido oficial de Liga, después de los tres años de guerra civil.
La crónica
El
diario “Patria” tituló a toda plana;
- “Un equipo triunfador”
- “El Recreativo Granada venció al Malacitano por
- “Trompi fue el mejor de los 22 jugadores”
- “Brusquedad y juego sucio, táctica de los
malagueños”
Excepto en el primer partido de la historia, en
1931, nunca habían debutado tantos jugadores en la alineación del Recreativo.
Todos son nuevos excepto Torquemada, Aguileño y Osorio. Y justamente los dos
primeros citados son los únicos “lunares” del equipo según escribe Zubeldia en
el diario “Patria”. Para el resto todo son elogios:
El
portero Valencia estuvo “seguro,
tranquilo y colocado”.
Pepe
Millán “valiente, oportuno, despejó con
brillantez situaciones peligrosas”.
Patricio
estuvo “pundonoroso”.
Victoriano
Santos “confirmó su fama, parece que no
hacía esfuerzo alguno y ¡cuantas situaciones salvó!”
Maside
“tranquilo, corta juego y sirve balones
con precisión, no es efectista ni teatral, pero ¡qué medio centro!”.
Osorio
“se ha convertido en un gran extremo”.
Fernández
“tuvo aciertos indudables, aunque le
faltó oportunidad en momentos que hubieran sido goles”.
Gaspar Rubio “sigue siendo el mago del balón y estuvo incansable toda la tarde”.
Pero el gran triunfador de la tarde fue el pequeño Trompi (José Sánchez Pérez), que se metió a los granadinos en el bolsillo para el resto de su vida. Zubeldía lo cuenta así:
- “Menudo,
vivaracho y simpático es el nuevo interior del Recreativo Granada. Con el balón
pegado a los pies y la mirada puesta en los contrarios, Trompi corre desde su
campo driblando a quien se le ponga por delante, atrayéndose a los contrarios
para luego pasar el esférico con gracia y precisión al compañero desmarcado”.
Y como tuvo hasta la suerte de marcar el gol del
triunfo, Trompi entró en el firmamento futbolístico local acompañado por “miles de pañuelos que saludan al pequeño
héroe, convertido ya en ídolo de la afición granadina.”
“Chapeau” por supuesto para el entrenador que ha conseguido el milagro. “Con Valderrama el equipo granadino comienza a tener vida en el campo”. El once “ha trenzado en el césped combinaciones maravillosas” y ha empleado siempre “una energía varonil, pero con nobleza y gracia”.
Los malagueños merecen pocas líneas y poco respeto
en la crónica de “Patria” por su “brusquedad
y juego sucio”. En sus filas jugaban dos antiguos recreativistas; el medio
Mitge y el ariete Calderón, tan querido años atrás, que quemaba sus últimos
cartuchos de futbolista profesional.
José Millán González
Nació en el barrio de
Hasta que Lina le desbancó, fue durante muchos años el jugador que más veces vistió la camiseta del Granada con 360 partidos, y aún sigue ocupando el segundo lugar.
Fue un jugador de inmensa clase y calidad humana que pudo fichar por cualquier gran equipo ganando más dinero que en Granada. Su amor al club le hizo quedarse en el Club casi toda su vida de jugador.
Todo empezó en esta temporada de 1939-40 cuando Antonio Bombillar le llamó para el Granada. Millán me lo contó a su manera.
- Don Ricardo
Martín Campos, que me quería con delirio, me dio 25 duros mensuales y me
prometió la carta de libertad al final de temporada. Luego le dio amnesia y me
convenció como siempre. Total, que al año siguiente firmé por 300 pesetas
mensuales. Claro que César, por ejemplo, estaba prestado, Sosa fichó por una
gabardina… y cosas de esas. Pero ¡que ilusión había en el equipo! Aquella
delantera de Marín, Trompi, César, Bachiller y Liz, le metían seis al Barcelona
y ocho al Oviedo. Aquí no se le temía a nadie y la gente se divertía. Con el
Sevilla venía Campanal de delantero centro y como tenía esa humanidad entraba
¡bomba! Y allí rodaba todo el mundo. Había que esperarlo con el codo o, como
hacía Alberty, nuestro portero, que está enterrado en Granada al lado de mi
padre. Alberty era un atleta, en los corners decía ¡yo! Y salía ¡bomba! Le
largaba un puñetazo en la oreja al delantero y luego decía ¡ya!”
Eran los años del estraperlo y los jugadores granadinos se ganaban un sobresueldo clandestino.
-“Cada uno
llevaba una o dos latas de aceite en la maleta. En los hoteles se vendía
fenómeno, sobre todo en Vigo, ¡a 15 duros el litro! Bajábamos al sótano en cola
y lo poníamos en un bidón grande. Algunos querían cobrar dos veces ¡había una
golfería! Pero ¡qué remedio! Viajábamos en esos trenes de dos puertas que te
bajas a orinar y te subes otra vez. Don Francisco Cristiá nos daba cinco duros
para la comida y, claro, nos la hacían en casa, tortillas y eso. ¡Nos poníamos
hasta arriba de manchas!”
Para que Millán se fuera del Granada hubo necesidad de que una multitudinaria Asamblea de socios decretase su libertad.
“Yo había
jugado once temporadas seguidas en el Granada y propuse comprar mi libertad por
diez mil duros ¡que no los tenía! En la asamblea los socios pidieron que me
dieran la libertad gratis. Todo el mundo de pie ¡gratis, gratis! Y don Joaquín
Serrano que era el presidente y padrino de mi hijo accedió por fin… ¡la afición
lo ha pedido, pues se le da la libertad!
Y Millán, con lágrimas en los ojos, se marchó al Deportivo
de
- Querían que
renovara, pero una tarde nos fuimos al cine mi mujer y yo y salía en el No-Do
el rey Abdullah en Granada ¡y nos entró una! Como que le dije a mi mujer,
¡prepara los baúles que nos vamos para casa!
Así que Millán regresó al Granada, con 32 años, para arropar junto a González y Candi, al joven e inexperto equipo, lleno de jugadores del filial, que Manolo Ibáñez iba a dirigir en la temporada 1952-53. La oferta era de 35.000 pesetas de ficha anual.
-“Yo le dije a
Dávila: Presidente ya sabes que nos van a dar la tira en todas partes. No
importa Pepe, hay que sacar gente de aquí, no podemos pagar otros. Entonces salieron
Vicente, Cuerva, Guerrero, Rafa, Sueza, Cea… ellos me respetaban mucho ¡y a José
Manuel González le temían! Un día en Madrid, después del partido, salían
Guerrero y Cuerva con su brillantina en el pelo y me vieron… ¡Ay, que viene
Pepe! ¿A dónde vais? A dar una vuelta. Pues me voy con vosotros y enseguida al
hotel. Cuando Cuerva recuerda esto me dice ¡Pepe, que nos echabas todo a
perder!
Cuando se le consideraba acabado como jugador recaló en el Real Jaén de 2ª división, primero como jugador y luego como entrenador para conseguir el ansiado ascenso a 1ª y darse el gustazo de jugar de nuevo en la máxima categoría rozando ya los 40 años.
- “En Jaén me
dieron la insignia de oro y brillantes del club. Por cierto que, en cambio, no
tengo la del Granada, creo yo que será porque no se han dado cuenta. ¡Menos mal
que a José Manuel si se la han dado!”
Luego fue también entrenador del Granada y del filial Recreativo. Siempre fue querido y respetado como muy pocos jugadores. Quizás el que más. Muchos recordamos todavía aquellos gritos de ¡Pepe, Pepe!, con los que el público solicitaba su presencia en el ataque para rematar los córner en los últimos minutos de partidos angustiosos.
En la dilatada historia de Millán hubo un hito, dulce y amargo a la vez, cuando formó parte de la selección española. Fue el 11 de marzo de 1945 en el estadio Jamor de Lisboa. Salió Millán como lateral derecho con la misión de marcar al extremo Rafael. Así me lo contó Millán en marzo de 1985.
-“Yo marcaba a
Rafael, extremo izquierdo de Portugal, porque Quincoces que era el
seleccionador español, puso tres defensas en aquel partido. Se internó Rafael y
yo iba corriendo con él hasta que ¡pum! me tiré al suelo para darle a la pelota
y echarla a falta. Rafael cayó encima de mi ¡pam! y me partió el tendón lateral
de la rodilla. Como entonces no se podía cambiar, me pusieron novocaína ¡pum,
pum! Y seguí jugando. Por eso me dieron
- ¿Fue grave la lesión?
- “A los quince días jugaba el Madrid en los Cármenes y yo quería jugar. Corría bastante, pero de frente. Me hicieron una prueba y la hice con la pierna encogida. ¡No, no, la pierna hay que soltarla! La segunda vez dije ¡bueno, pues a soltarla!, fui y ¡pos! Me pegó un “crujío” y se me rompió otra vez. Seis meses estuve para curarme y gracias al sol y a la playa de Almuñécar no me tuvieron que operar ni nada.”
Ese ejemplo de deportistas que fue Pepe Millán,
continuó asombrando con su fortaleza física y su calidad jugando con las Peñas
en el Llano de