HISTORIA DEL
GRANADA C.F.
Capítulo
1
Preliminar
LA LENTA GESTACIÓN DEL RECREATIVO
DE GRANADA
NOTA DEL GOBIERNO CIVIL DE GRANADA
-
Luego
de haber cumplido los requisitos que señala
Era el 25 de abril de 1931 cuando se publicaba esta
nota en el diario “El Defensor de Granada”. Para leerlo y tomar las decisiones
necesarias, se reunieron aquel mismo día en el taller de carpintería de Julio
López, situado en la calle Portería de Santa Paula, el presidente, dueño del
local y distinguido ebanista, Julio López Fernández, y todos los integrantes de
la junta directiva del recién nacido club; el vicepresidente Francisco Montoro,
el secretario Enrique Vico Martín, el vicesecretario Evaristo del Río Amigo, el
tesorero Manuel del Río Amigo (que también es encargado de material porque
arregla los balones mejor que nadie), los vocales Antonio Amigo Pla, Antonio
Trujillo, Ernesto Salmerón y Ginés Pretel, y el miembro mas joven del grupo
dirigente; el contador José Amigo Vico, de 21 años.
Estamos en abril de 1931 y el futuro Granada C.F. ha
nacido casi el mismo día que
Un embarazo de siete años
Lo que sigue me lo contó en septiembre de 1984 en su
casa de la calle del Agua del Albaicín, aquel joven contador. Es una historia
que comienza en 1924.
Éramos siete u ocho primos de la misma edad;
Evaristo, Manolo, Antonio, Pepe, Joaquín…y claro, aquí no había más solución
que ir a las tabernas para jugar a las cartas y beber vino. Aunque a nosotros
también nos gustaba ir al teatro, a butaca no, al paraíso, que valía cinco
reales una entrada de paraíso en el Isabel
Un día que estábamos aburridos dijimos “vamos a comprar un balón y como es para cosa recreativa le ponemos Recreativo Español de Granada”. Y efectivamente, así lo hicimos. A todos nos gustaba el fútbol y hasta habíamos visto el año antes al Español de Barcelona jugando en el campo del España, en la avenida Cervantes. Fue cuando Andrés Cueto le metió un gol a Zamora. Pues nada, que compramos el balón y entonces ¿vamos a comprar las botas? Pero las botas costaban tres duros y yo ganaba 25 al mes como aprendiz de una tienda de comestibles. No tenía tiempo de entrenar ni nada. A jugar los domingos y ya está, mire usted si éramos… bueno que no se entendía nada de deporte. Los domingos por la mañana cogíamos la bicicleta, con lo malo que es eso, y nos íbamos a Dúrcal para entrenar, para hacer piernas un rato, ¡que disparate! ¡Para jugar a las tres de la tarde!
Este disparate de los primos Amigo comienza a
“fichar” jugadores. Y hasta se entrenaba de cuando en cuando aquel Club
Recreativo Español. Lo sigue contando José Amigo Vico.
Los
entrenamientos se hacían en la plaza delante del Arco de Elvira desde que mi padre
abrió el Bar Alegría en la calle Tinajilla. Por allí andaba el hijo de un carabinero
destinado en Granada, que le decían el Aguileño y tenía unas alpargatas de oro
para esto del fútbol. También estaban Juanele, Antoñito Bombillar, Rafael Muñoz
que luego ha sido inspector de policía, Llorens que tenía un taller de reparaciones
en la calle donde estaba el diario Ideal, y los hermanos Peregrín. Todos eran amigos y después de los partidos
organizaban unos divertidos bailes en el patio de la casa del abuelo común de los
primos Amigo.
Los primeros partidos
Cuando jugamos nuestro primer campeonato el
principal contrario era el Granada, que tenia jugadores casi profesionales como
Salamanca y Alcantud. Lo de profesionales lo digo en el sentido de que llevaban
tiempo jugando juntos y estaban muy compenetrados. Decían que nos iban a meter
seis-cero, ¡lo que pasa, la comidilla! Se jugó en las Eras de Cristo, donde
¿Y cómo hacían los desplazamientos?
Los campeonatos eran solo con equipos de Granada.
Pero como Nicolás Salmerón tenía un compadre en Jaén, habló con él para
llevarnos a jugar allí. Entonces el Jaén estaba federado y le decían el “Once
Rojo”. Y nos dieron 250 pesetas para viaje y comida. Y fuimos en un camión
mixto de los que había entonces; mixto de carga y pasajeros. Diez viajeros delante y el resto detrás, con
la carga. Los mejores; Aguileño, Bombillar, Serafin, Molina, Juanele, Peregrin…
iban delante. Los directivos y los malos detrás en unas sillas. Y si faltaba
sitio, unos sentados encima de otros. Así fue como se aplastó el sombrero nuevo
de Nicolás Salmerón, que quiso estrenarlo en aquel viaje y, después de la
avería que tuvimos en Campillo Arenas, con la prisa de subirnos, alguien se
sentó encima del sombrero y lo dejó hecho una oblea. El Once Rojo nos ganó por
2-1. Ellos si tenían entrenador, nada menos que Travieso que había sido jugador
del Athletic de Bilbao.
¡Quien era el entrenador?
No teníamos entrenador. Mi primo Evaristo era el que
daba las órdenes, ¡a ver, tú que eres el más malo, a los medios! Evaristo decía
que la defensa y los delanteros sí eran importantes pero que los medios no
hacían nada. ¡Mire usted que conocimientos de fútbol!
¿Usted jugaba de medio?
No, no. Yo era defensa, defensa derecho. Pero bastante malo.
Los primeros fichajes
En los alegres años veinte los futbolistas granadinos no pensaban en millones ni en huelgas por no cobrar. Había otros métodos para atraer a los mejores. José Amigo Vico lo recuerda muy bien.
- Uno de los mejores del Recreativo Español era el
Aguileño. Y, claro, como era joven y las hermanas de Pepe Carmona también,
alternaban en su casa y tal. Pero Pepe Carmona jugaba en el Granadino, que era
el mejor equipo de entonces. Así que, cuando se anunciaba un campeonato, el
Aguileño me decía; “Pepe, dame la ficha que las hermanas de Pepe Carmona me
están atosigando para que fiche por el Granadino”. Nosotros le hacíamos
enseguida la ficha y él se justificaba con ellas, “mira niña que ya he fichado
con el Español y no puedo hacerlo con vosotras”. Pero el Granadino jugaba muy
bien. Tenían a Miguel Herranz, otro muy bajito que se llamaba Juristo, Pepe
Carmona que fue profesional con el Valencia y otros muy buenos de cuyo nombre
no me acuerdo porque tengo ya 74 años y uno va perdiendo la memoria.
La prensa y su influencia
El grupo de los Amigo tuvo la suerte de caerle en gracia a un miembro importante de la prensa deportiva local. Y aquello fue decisivo para el futuro Recreativo.
- Tuvimos mucho apoyo. Sobre todo en un periodista que se llamaba Eufrasio Martínez y era el cronista deportivo de “El Defensor de Granada”. Eufrasio nos tomó mucho cariño desde una vez que le llevamos la crónica de un partido y la publicó. Luego ya las hacía él, que venía a todos nuestros partidos. Era una excelente persona. Una vez escribió que “no me negarán ustedes que es un partido amistoso, no hay más que ver los nombres de los jugadores; Amigo, Amigo, Amigo…”.
La economía de un club pobre
¿De donde salía el dinero para los gastos corrientes? Pues de la modesta cuota mensual de 50 céntimos (dos reales) y de la ayuda de los familiares y simpatizantes. José Amigo Vico, que era el “contador”, lo recordaba mejor que nadie.
- La verdad es que los gastos no eran muchos. Los
balones costaban tres duros. Las camisetas las comprábamos en El Águila, en
La búsqueda de un presidente
La
familia Amigo y sus “amigos” llegaron a un momento en que necesitaban una estructura
socio-deportiva más acorde con la categoría que estaba alcanzando el grupo. Y
necesitaban apoyo económico para lanzarse a la aventura de una competición
federativa seria y permanente. Lo primero era encontrar un presidente que se
pusiera al frente del grupo. Y lo encontraron en la persona del ebanista y
escultor en madera Julio López Fernández. Tuve la suerte de entrevistar a dos
de aquellos primitivos jugadores que me dieron sus recuerdos de aquel mítico y
fugaz presidente que figurará eternamente en la historia del Granada C.F. como
su primer mandatario.
La versión de Antonio Bombillar Porcel
Julio López tenía un taller en la calle Portería de
Santa Paula, entre Velutti y Marqués de Falces. Trabajaban con él un oficial y
el aprendiz Girón, que también fue futbolista. Julio López era un hombre mayor
que venía a vernos jugar en los Mondragones. Venía con su oficial, porque
estaban siempre juntos. Nosotros les decíamos los novios. Me acuerdo que
llevaba un perrillo. ¡Que viene el del perrillo! De tanto verlo hicimos amistad
y él nos contaba que “había sido cocinero antes de fraile”. Total, que los Amigo
le nombraron presidente y como vivía solo y tendría algún dinero él fue quien
organizó la construcción del campo de las Tablas.
La versión de José Amigo Vico
Nosotros necesitábamos ya un hombre mayor que nos
representara porque no éramos nadie. Nosotros no teníamos realmente esa cosa
social que hacía falta; no representábamos nada. Y como mis primos estaban en
el ramo de la madera, conocían a Julio López que era ebanista y le gustaba ir a
los partidos. Él no jugaba, pero no sé porqué nos tomó cariño. Era de Granada y
no sé si soltero o viudo. Él lo hizo todo. El Ayuntamiento nos cedió unos
terrenos junto a
El campo de las Tablas
Como los modernos presidentes de los equipos punteros de fútbol, Julio López entró con la idea fija de construir un campo propio donde su nuevo Recreativo creciera y se desarrollara tranquilamente.
En el éxito increíble de esta decisión intervino de forma decisiva el periodista Eufrasio Martínez, que firmaba sus crónicas con el apodo de “Martinenc”. Eufrasio escribía en El Defensor y era funcionario del Ayuntamiento de Granada y hombre de izquierdas en los turbulentos años republicanos. Su insistencia forzó al Ayuntamiento para cumplir la ley que obligaba a las ciudades con más de 100.000 habitantes a tener un campo de deportes. Su feroz e insistente campaña de prensa logró que los munícipes granadinos cedieran al club unos terrenos situados junto a la antigua cárcel de la carretera de Jaén.
En el ejemplar del Defensor, correspondiente al 7 de mayo de 1931 (cuando el club y el Ayuntamiento republicano no tenían ni un mes de vida), Martinenc da la noticia:
-
El Recreativo ha conseguido la cesión provisional de unos terrenos en las Eras
de Cristo para, a expensas del presidente del club, Julio López, y con un gasto
de
Aprovecha
el cronista para recalcar que “así se
trabaja por el deporte en Granada y no como hacen otros clubes que “serán muy
ricos, pero solo hacen algo en
Antonio Bombillar Porcel, fue uno de los protagonistas de aquellos días y me lo contó con detalles una tarde de diciembre de 1984.
- En aquellos terrenos de las Eras de Cristo se
habían hecho las cimentaciones para trasladar el Matadero, pero estas cosas se
hacen siempre como todas las cosas, que parece ser que quienes las inventan no
son muy listos. Porque fue entonces cuando se dieron cuenta de que el río Beiro
solo lleva agua cuando llueve y que por dónde se iban a ir los despojos del
matadero. Por eso nos lo dejaron a los futbolistas. En la construcción del
campo colaboró todo el mundo. Las tablas de álamo negro vinieron en un camión
de uno de Jaén que tenía una novia en el Albaicín. Un tío de los Amigo que
había venido de América y le decíamos King Kong dio sus monedas de oro. Todos
trabajamos de balde y yo también cuando preguntaron ¿a ver, quien sabe de
electricidad?, yo mismo, dije, y fui clavando hilo sencillo y puse tres
perillas; dos en los vestuarios y una en la caseta del árbitro. En esta caseta
vivía el guarda que era el padre del Aguileño y los domingos se la dejaba al
árbitro. Sobre los vestuarios pusimos un depósito que los domingos se llenaba
con agua que todos acarreábamos con cubos. Lo que yo nunca pagué fue la cuota
mensual de 50 céntimos, no sé si porque estaba mimado o por lo que fuera.
Lo cierto es que el campo de las Eras de Cristo se construyó con su tapia de madera, gracias a la activa colaboración de directivos y jugadores. Con los dólares traídos de Nueva York por un miembro la familia Amigo se compró una alameda en la vega, con la dirección y la maquinaria del presidente se hicieron los tablones y se levantó la valla. Cuando todo estaba casi a punto y a falta de 17 días para la inauguración del campo, el modesto Julio López, decidió dimitir y pasar al humilde anonimato de donde procedía. Y el club que él ayudó a fundar, le olvidó injustamente.
Su
último servicio había sido conseguir que el Recreativo fuera admitido en el
Campeonato Regional de tercera categoría de la región Sur. La liga comenzaría
en la siguiente temporada, la primera de una larga historia.
LA PEQUEÑA HISTORIA PREVIA
* El nacimiento del Recreativo de Granada, en abril de 1931, no coincide con el inicio del fútbol en Granada. A falta de datos exactos se puede decir que ya en 1897, según escribe “Sporfilo” en “El Defensor “algunos jóvenes granadinos practican un nuevo deporte llamado “foot-ball” que se juega “con pelotas del tamaño de un melón no muy grande”.
* En el Corpus de 1903 se intentó, y no sabemos si se consiguió, incluir en el programa oficial un partido de fútbol ofrecido por un grupo de aficionados madrileños. La dificultad principal radicaba en la falta de un terreno de juego adecuado que, en principio, se intentó paliar utilizando el hipódromo de Armilla.
* El primer equipo de fútbol, más o menos serio, que existió en Granada fue el llamado “Sociedad de football Granada”, fundado en 1907 por Emiliano Rodríguez Marchena. El germen de este club y de todo el fútbol local, estuvo en Percy Thackeray, un profesor inglés que había jugado al fútbol en Londres y que, ya en Granada, intentó enseñar idioma y deporte a sus alumnos entre los cuales destacaba Melchor Almagro Sanmartín.
* Entre Thackeray y Melchor Almagro consiguieron organizar el primer partido oficial de fútbol del que se tiene noticia en la capital granadina. Fue con motivo de las fiestas del Corpus de 1909 cuando se puso en disputa el “Campeonato de Granada” con copa de plata donada por el Ayuntamiento y la participación de dos equipos legalmente constituidos; el Athletic Club de Granada y el Granada Football Club. Fue el 16 de junio de 1909 y se jugó en el hipódromo de Armilla con notable presencia de “innumerables familias aristócratas” según la detallada crónica aparecida en “El Defensor” y reproducida días después en “El Heraldo” de Madrid. Ganó el Granada por 2-0.
*
Aquellos 22 jugadores que disputaron el primer partido oficial en Granada no
llegaron a figuras del fútbol. Pero vale la pena recordar sus nombres, que
gozaron de aquel momento de gloria en Armilla, 22 años y medio antes de que las
huestes recreativistas abrieran la historia del Granada C.F.
Estas fueron las alineaciones:
Granada F.C.; José Romero, Luis Vinuesa, Fernández Reyes, Régulo Rodríguez Cabello, Rafael Baquero, Daniel Trancho, Sánchez, Pérez, E. Amaro, J. Amaro y Manuel Rodríguez Marchena.
Atletic Club Granada; Lustán (o Lurtó), Gómez Rodríguez, E. Pérez Vílchez, Huertas (o Puertas), Marfil Anaya, Domínguez, Borrajo, Arroyo, Zurita, Jardinero (o Salinero) y Puigcarbó.
El árbitro fue Thackeray, el profesor de inglés y de fútbol.
*Entre el 22 de febrero de 1922 y el 9 de diciembre de 1924, algo menos de tres años, se desarrolló la que quizás sea la etapa más turbulenta y loca del fútbol granadino. La que enfrentó a dos equipos locales, el Real España y el Real Club Español, que representaban a dos sectores de la sociedad granadina (para simplificar; los ricos con el España y los pobres con el Español) y cuyo enfrentamiento terminó con el “suicidio” de ambos clubes porque aquella rivalidad cainita estaba basada exclusivamente en partidos amistosos y torneos locales y no había base económica capaz de soportarla.
* El España nació en febrero de 1922 y el Español en septiembre de 1923. Ambos tuvieron campo propio; el España en el callejón del Pretorio y el Español en la zona de cocheras de la compañía de Tranvías. Ambos gastaron lo que no tenían en fichar jugadores profesionales, especialmente sevillanos. Y ambos rivalizaron en contratar equipos de campanillas para enfrentamientos amistosos que llevaron a sus gradas respectivas más de 3000 espectadores.
El España consiguió incluso traer al Español de Barcelona, con el mítico portero Ricardo Zamora en sus filas. Se jugaron dos partidos a lleno total, que ganaron los catalanes por 1-2 y los granadinos disfrutaron con las paradas y la presencia del idolatrado guardameta, héroe de la selección española que había sido subcampeona olímpica en Amberes. Zamora fue perseguido y ovacionado desde que se bajó del tren, hasta su marcha, incluyendo su habitación en el Hotel Suizo. Los enfrentamientos directos entre ambos equipos fueron apenas cinco en aquellos doce meses cuyas vidas coincidieron. Y el España no ganó nunca.
* La guerra imposible entre los dos reales granadinos terminó ineludiblemente con la desaparición de los dos, abrumados por las deudas y las exigencias de caros jugadores foráneos que no podían costearse con las taquillas de los cortos torneos locales y los muchos amistosos con equipos que cobraban, y cobraban bien, por venir a jugar en Granada.
El
España “falleció” el 28 de octubre de 1924 con la dimisión de su presidente y
un déficit de 35.000 pesetas.
Por su parte, el Español aguantó un año más disputando, sin éxito, el Campeonato de Andalucía para terminar, sin pena ni gloria el 9 de diciembre de 1925.
* En el Corpus de 1931, cuando los “papeles” del Recreativo estaban ya a punto de presentarse en el Gobierno Civil con un proyecto de club bastante serio y responsable, se dio una muestra más de fragilidad organizativa y deportiva de los clubes locales.
Se había celebrado un torneo local que dio dos finalistas; El Granada y el Granadino. El ganador del Trofeo Corpus se decidía a doble partido, pero todo empezó mal porque a las cinco de la tarde, la hora anunciada para el pitido inicial en el campo de los Mondragones, no se habían colocado las porterías ni el terreno de juego estaba marcado. Tarde y mal se jugó el encuentro con triunfo del Granada por 5-0. Al día siguiente los componentes del derrotado Granadino decidieron no presentarse así que, tras una larga hora de espera los jugadores del Granada recibieron su copa y sus once medallas y se fueron al ferial para celebrarlo.
Este
era el ambiente y la cuna donde nació el Recreativo.