HISTORIA DEL GRANADA CF
Capítulo 85
Temporada
2016-17
DESCENSO CHINO
La peor temporada de la
historia
A la sexta fue la vencida. Después de seis temporadas en
Primera División, el segundo periodo más largo en máxima categoría de la
historia rojiblanca, la 2016-17 trajo el descenso.
Si de
las cinco temporadas anteriores se podría decir que todas se parecieron mucho,
en el sentido de que se caracterizaron por el pobre juego ofrecido por el
Granada CF y por obtener la permanencia en Primera División muy al final y
contra pronóstico, milagrosamente, la sexta sólo se pareció a las anteriores en
el pésimo fútbol practicado por los rojiblancos, pero agravado, y se puede
decir que en la 2016-17 se tocó ya fondo en este aspecto. Desafortunadamente,
en esta ocasión no hubo milagro y al finalizar la temporada el Granada perdió
la categoría y descendió a Segunda División.
Este
Granada 16-17 hizo historia porque superó varias marcas, algunas con más de
cincuenta años de vigencia, pero esa historia y esas marcas pertenecen a la
parte más negativa de su palmarés, y si por algo pasará a los anales
rojiblancos este ejercicio será por ofrecer el juego más ramplón que se
recuerda mientras el equipo militó en máxima categoría y por obtener el cuadro
rojiblanco sus más deficientes resultados en una liga, hasta el punto de que
completó la peor temporada de sus ya 86 años de existencia.
Los
números no engañan: hasta finalizar la 16-17, de las ochenta y dos ligas ya
disputadas por el Granada CF en cualquier categoría, la que arrojaba los peores
guarismos era la 1960-61, en la que nuestro equipo sólo cosechó el 28,33 % de
los puntos posibles; pero esta negativa marca, vigente 56 años, ha sido
triturada en 2017 al sumar el GCF sólo el 17,54 %. Luego, la 2016-17 ha sido la
peor temporada de su historia en lo estrictamente deportivo.
El “Tin” Angulo
La muy olvidable 16-17 tuvo además un capítulo rocambolesco
como fue la frustrada contratación de Angulo. A mediados de agosto el Granada
realizó el llamado a ser gran fichaje de la temporada, el delantero centro
ecuatoriano de 21 años José “Tin” Angulo, triunfador en la última edición de
Libertadores. Venía por cinco temporadas en una operación cerrada en 4,1
millones € por el 70% de los derechos sobre el jugador, correspondiendo el 30%
restante a su equipo de procedencia, Independiente del Valle, con el que venía
de anotar 24 goles en la temporada recién finalizada, existiendo una cláusula
de opción de compra sobre ese 30%, ejercitable dentro del primer año.
Parecía una buena inversión, sin embargo apenas habían
transcurrido diez días desde su incorporación y hasta había sido presentado en
acto solemne con público y todo, cuando nos desayunamos con la noticia de que
había dado positivo por cocaína en un control sorpresa previo a un partido de
la Copa Libertadores recientemente celebrada. La reacción inmediata del Granada
fue la suspensión del contrato del ecuatoriano porque, tal como ocurrió en su
día con Dani Benítez, también positivo por la misma sustancia, al reciente
fichaje le podían caer dos años sin jugar. Esa suspensión unilateral de
contrato era adoptada cuando todavía el Granada no había desembolsado ni un
euro de traspaso a pesar de que ya se había disputado la primera jornada del
calendario (por cierto, Jémez no convocó al ecuatoriano para ese partido).
La rescisión de contrato fue recurrida ante los tribunales
por Angulo, calificándola como despido improcedente alegando que cuando se hizo
no había una resolución oficial de suspensión ni se conocían los resultados del
contraanálisis. En abril de 2017 la Conmebol (Confederación Sudamericana de
Fútbol) falló sancionando al jugador sólo con un año de suspensión, señalando
que el futbolista no ingirió la cocaína de forma intencionada ni para mejorar su
rendimiento deportivo.
La resolución del affaire no es definitiva. Su club de
procedencia, Independiente del Valle, demanda al Granada el pago de ese 70 %
(4,1 millones €) de los derechos sobre el jugador a que se comprometió, pero
ese pago no implicaría volver a enrolar a Angulo, que ha cumplido su sanción y
ya puede jugar, sino que éste seguiría perteneciendo al club ecuatoriano. Si
esto llegara a producirse, sería lo que le faltaba al Granada como colofón a la
peor temporada de su historia. Pero las últimas noticias que hemos conocido, ya
en junio, es que la Wada (Agencia Mundial Antidopaje) y la FIFA no están
conformes con la sanción por un año y habrían apelado para ampliarla a dos.
Pere-Piru, un dúo muy poco
dinámico
El
modelo de gestión de los Pozzo -se dijo un año antes- estaba agotado. Traer a
Granada cada año una pléyade de futbolistas ajenos y propiedad del italiano
para que, si salía uno medio bueno, aquí adquiriera cotización e inmediatamente
venderlo (sin que esa venta produjera apenas dividendos en las arcas
rojiblancas), era una política que sólo había dado para conservar la máxima
categoría año tras año con excesivo sufrimiento, milagrosamente, y la afición
poco a poco comenzaba a dar la espalda al club, harta de ese perpetuo caminar
sobre el filo de la navaja y de ese continuo reinventar el equipo de sus amores
cada principio de temporada. Por esa misma razón, todo el granadinismo acogió
con ilusión la llegada de nuevos inversores, pensando que éstos darían un giro
a esa forma de hacer las cosas. Y lo dieron... pero para mal.
El
nuevo propietario del club, John Jiang (o Jiang Lizhang), en su presentación
ante la prensa y la afición, en junio de 2016, dijo que su idea era tratar de
consolidar al club en Primera, seguir creciendo y más adelante dirigir la nave
hacia metas más ambiciosas, léase Europa. Lo malo fue que para poner en
práctica esos loables propósitos parece que no supo rodearse de las personas
adecuadas. Se diría que se pecó por parte de la nueva propiedad de
inexperiencia, y ésta se tradujo en la falta de acierto en la elección de las
personas en quienes se delegó la adopción de las decisiones deportivas.
Esas
personas, los responsables de la confección de la plantilla rojiblanca, tienen
nombre propio: Pere Guardiola, hermanísimo de Pep y cabeza visible de la
empresa de intermediación y management de deportistas Media Base Sports,
no integrado en el organigrama del Granada CF SAD, pero de claras influencias
en la confección de la plantilla como hombre de confianza del inversor chino y
con el que hizo de puente para la compra del Granada CF. De la mano de Guardiola vino un hombre de su
cuerda: Javier Torralbo, Piru (el apodo le viene de su gran afición a
las piruletas), hasta ese momento un cazatalentos a sueldo del R. Madrid,
nombrado director deportivo y encargado de cerrar los fichajes, tarea para la
que contaba con la sola experiencia previa de haber desempeñado un cargo
similar años ha y para un club de 2ª B.
Hasta finales de febrero en que fue despedido aguantó Torralbo, así que
los fichajes de invierno también fueron de su responsabilidad, y en esta faceta
se equivocó algo menos.
La
clave del gran chasco rojiblanco estuvo en las reiteradas decisiones deportivas
erróneas y su consecuencia lógica: una plantilla muy poco competitiva para
primera. El primer error fue descartar a futbolistas que ya estaban y que
podían muy bien haber rendido. En segundo lugar, lo muchísimo que se tardó en
confeccionarla, hasta ¡nueve! futbolistas se incorporaron con la liga ya
empezada y, de ellos, cinco el mismo día en que se cerraba el mercado. Siguió
la suma de errores con un vestuario en el que entenderse unos a otros era
empresa harto complicada, un auténtico babel en el que se integraron hasta
¡veintiuna! nacionalidades distintas del total de 38 futbolistas (sólo 9 de la
anterior temporada) que entraron en alguna convocatoria. Y para rematar, la mayoría
de los llegados lo hicieron a título de préstamo (traducido en falta de
implicación en la mayoría) y abundando la extrema juventud (e inexperiencia)
entre ellos. La explicación más socorrida para tratar de justificar el
despropósito fue siempre la limitación salarial impuesta por la LFP, que en el
caso del Granada CF llegaba hasta los 31 millones € (según su director general
Sergi Vieta), pero basta mirar el papel de otros equipos con un tope salarial
más bajo para saber que lo que más faltó fue acierto en las incorporaciones.
Ambos,
Pere y Piru, aparecen como los verdaderos responsables del desastre deportivo
rojiblanco. Y junto a ellos aunque con bastante menos protagonismo, Paco Jémez,
el primer entrenador de la temporada, responsable de la salida del equipo de
futbolistas perfectamente válidos. Pero sería injusto cargar todas las culpas
sobre estos tres nombres y quizás habría que apuntar más arriba y concluir que
además faltó dirección a altos niveles, no sólo deportivos y, sobre todo, faltó
inversión. Se diría que el inversor, el propietario, delegó más de lo
conveniente, y que además no invirtió o lo hizo a la baja. Al menos así lo
parece desde fuera.
Paco Jémez
En
junio de 2016, una vez consumada la compraventa del club y presentada su nueva
dirección, empezó a sonar con insistencia el nombre del argentino Jorge
Sampaoli, con el que se decía existía un preacuerdo para que ocupara el
banquillo del Granada. Pero pronto el nombre del ex seleccionador chileno se
sustituyó por el de alguien de más bajo caché pero igualmente ilusionante, Paco
Jémez, un entrenador caracterizado por sus planteamientos audaces de posesión y
juego de toque que le dieron muy buenos resultados al principio en el Rayo
Vallecano, pero que venía de descender a segunda con el equipo madrileño.
Jémez,
que fichó por tres temporadas, se presentó anunciando una revolución en las
filas granadinistas, de las que saldrían varios elementos pese a tener contrato
en vigor. Esa revolución anunciada trajo la salida con la carta de libertad de
jugadores contratados como Édgar, Ricardo Costa o Babin, y al mismo tiempo se
fueron cedidos Fran Rico, Rubén Pérez y Machís (éste último obligado por ser
extracomunitario y estar el cupo agotado con el fichaje del Tin Angulo). Excepto el ex internacional
defensa portugués Ricardo Costa, enrolado en un equipo suizo, los otros se
fueron incomprensiblemente a reforzar a equipos rivales directos del Granada
como Alavés, Gijón, Éibar y Leganés, donde todos fueron titulares. Además, a
los idos hay que unir los que eran propiedad de los Pozzo, como El Arabi y las perlas Success y Peñaranda, que en el
incesante Monopoly futbolero de los
italianos partieron hacia otros destinos lejos de los campos españoles. Encima,
el futbolista con más proyección que quedaba, Rochina, se fue traspasado al
Rubín-Kazán ruso, que pagó 10 millones € (8,5 para el Granada). A todos ellos,
que perfectamente podían haber seguido en la plantilla rojiblanca en esta
16-17, iba a tener la afición más que sobrados motivos para añorarlos, porque
los que vinieron en su sustitución, salvo alguna honrosa excepción, nunca
estuvieron a la altura de los marchados.
Con
Paco Jémez se cosechó un empate frente al Villarreal (el 50 % del total de
puntos que Jémez consiguió) en el debut liguero, en Los Cármenes, en un partido
por lo menos pasable. A la jornada siguiente llegó el primero de los
innumerables esperpentos 16-17 en rojiblanco con resultado de goleada en Las
Palmas, un 5-1 que se puede considerar hasta corto por las grandísimas
facilidades dadas por la cobertura granadinista. Y a la vez llegaron también
las primeras muestras de que el míster no estaba a gusto y planteaba su posible
salida: «Yo voy a dar todas las facilidades al club, porque a
lo mejor lo que necesita el equipo es un cambio en el banquillo», declaró a la prensa.
Vino después la primera derrota casera, ante
el Éibar en el descuento, en un partido en el que debutaron hasta seis nuevos
jugadores, recién incorporados todos ellos. La mejor versión del Granada de
Jémez se pudo ver en la cuarta jornada, en el campo del Betis, donde se
consiguió el segundo (y último) punto de la etapa de Jémez en un partido que
muy bien se pudo haber ganado (pero también perdido) tras desperdiciar una
ventaja de dos goles y fallar Ponce un penalti a poco del final, pero esto no
hizo cambiar su discurso a Jémez, que declaró días después al programa El
Larguero que el convertirse en entrenador del Granada era el charco más
grande en el que se había metido, porque el equipo de que finalmente disponía
no era el proyecto que se le había prometido al firmar por nuestro club, y que
en esos momentos era el reto más grande de toda su carrera como entrenador. La
quinta jornada supuso una nueva derrota casera, ahora ante el Bilbao. Y la
sexta fue también derrota, en el campo del Alavés, con otro desastroso partido
donde lo único destacable (en el mal sentido) de los nuestros, como en los
anteriores, volvieron a ser los fallos infantiles que cuestan goles, auténtico
talón de Aquiles de toda la temporada.
Jémez a la calle
Tras la pifia en Vitoria Paco Jémez declaró a
la prensa: «Con estos errores no hay posibilidad de competir en Primera. Creo
que los fallos me van a costar el puesto».
Y así fue, dos días después fue destituido. Dos empates y cuatro derrotas es el
balance de su desafortunado pase por nuestro club, dos
puntos de 18 posibles y el Granada en posición de vicecolista. Excepto
Caparrós, despedido en la jornada 18, ningún otro técnico de un Granada de
Primera fue destituido estando disputándose todavía la primera vuelta, Jémez
consiguió otra marca negativa permaneciendo sólo seis jornadas.
Había llegado al Granada
como un gran fichaje, pero defraudó todas las expectativas. Cabe decir en su
descargo que poco más podría haber hecho con un plantel claramente muy poco
competitivo, pero menos disculpa tiene que no presentara honestamente su
dimisión si no le gustaban los futbolistas con que contaba y, por el contrario,
forzara (al menos eso pareció) su destitución (y su finiquito) con sus
provocativas declaraciones y la desgana que transmitían sus precipitadas y
erradas decisiones deportivas. Además, se había creado muy mal ambiente por sus
peleas verbales con buena parte de sus pupilos.
Lucas
Alcaraz
Para el siguiente compromiso liguero, el de la jornada
siete, en horario chino (13,00 horas)
ante el Leganés en casa, como todavía no se había contratado al sustituto de
Jémez, el banquillo lo ocupó el técnico del Granada B, Lluis Planagumá, hombre
de la órbita de Guardiola. Pero el cambio sólo sirvió para que la hinchada
nuevamente presenciara otro horrible partido de los rojiblancos y una nueva
derrota que también trajo el primer farolillo rojo de la temporada. Si la
imagen ofrecida por los nuestros hubiera mejorado algo quizás en lugar de
técnico provisional el catalán se habría convertido en definitivo, pero no fue
el caso.
A los
pocos días fichó Lucas Alcaraz, el que ocupa la segunda plaza, detrás de
Joseíto, en el ránking de entrenadores con más partidos oficiales dirigidos al
Granada en toda su historia. Volvía así al equipo de su alma para completar su
tercera estancia dirigiendo desde el banquillo a los rojiblancos y con la
difícil pero no imposible misión de tratar de enderezar un rumbo más que
perdido.
En su
anterior etapa como técnico debutó con una victoria frente al R. Madrid. En
esta ocasión no tuvo suerte en su debut, en el Manzanares, donde llegamos a ir
por delante en el marcador y pareció que se había producido la transformación
del equipo que se buscaba con el nuevo técnico, pero pasada la media hora
inicial se volvió a lo de siempre, esto es, nula presencia en el medio campo y
fragilidad extrema atrás, y de allí se trajo el Granada la mayor de las
abundantes goleadas cosechadas en la temporada, 7-1.
Con
Alcaraz no mejoraron demasiado los resultados, pero al menos al principio se
notó su mano y el equipo actuaba con bastante más orden, cosechándose dos
puntos más de los empates caseros ante rivales directos como Gijón y Coruña, y
en medio visita al Nou Camp, donde, a pesar de que se preveía una goleada de
escándalo sólo salimos derrotados por un único gol dando una imagen digna.
También de su mano se consiguió puntuar en Valencia y Málaga y llegó por fin la
primera victoria.
Justo
la semana anterior al empate en Málaga, debido en gran parte a la sobresaliente
actuación de Ochoa (cedido justamente por el Málaga), en la jornada 14, en Los
Cármenes, el Granada venció 2-1 al Sevilla. En realidad no fue la primera
victoria de la temporada sino la segunda ya que entre semana, unos días antes,
los rojiblancos derrotaron al Osasuna de Caparrós (el único club que le disputó
al Granada el farolillo rojo toda la liga) 1-0 en Copa del Rey. Ante el Sevilla
se vio un partido muy bien jugado por los rojiblancos y muy vistoso para el
aficionado, que por primera vez esta temporada tuvo motivos para pensar que los
suyos no eran en realidad tan malos como decía su clasificación, y para soñar
con la salvación de la categoría. Los tres puntos sirvieron para abandonar la
posición de colista y subir al 19º.
La
mejoría experimentada dio paso de nuevo a la murria y vinieron a continuación
más esperpentos en rojiblanco y una racha de cinco encuentros, entre ellos
visitas al Bernabéu y a Villarreal, saldados con un único punto de un empate
casero ante el colista Osasuna, con eliminación copera en medio ante el propio
equipo navarro. Pero ya en febrero y con las incorporaciones del mercado de
invierno en liza, vino el mejor momento rojiblanco de la liga, tres victorias
consecutivas en casa (con derrotas intermedias en Éibar y Bilbao), que comenzó
con la visita del Las Palmas, al que derrotó por la mínima en un buen partido
intenso y ordenado de los rojiblancos. Siguió con la más amplia victoria de
toda la liga, la única de las solo cuatro conseguidas que no fue por la mínima,
4-1 al Betis con los once jugadores iniciales de distinta nacionalidad, en el
mejor partido de todo el ejercicio. Y culminó la racha casera de tres triunfos
con la visita del Alavés, que también salió derrotado, 2-1 en un partido que
exigió una gran entrega a los granadinistas. Gracias a esta racha lograron los
rojiblancos acceder al puesto 18º y tuvieron muy a tiro escapar de los puestos
de descenso.
A la
jornada siguiente se presentó la mejor oportunidad, con visita a Leganés, en
esos momentos a sólo dos puntos. Pero lejos de traerse algo positivo de
Butarque, los rojiblancos, en horario chino, fueron derrotados con un gol
solitario de Machís (el único que consiguió en toda la liga; pidió perdón
públicamente sobre el mismo césped una vez conseguido el tanto), prestado a
principio de temporada sin, para colmo, establecer lo que ahora se conoce como
“cláusula del miedo”, por la cual los cedidos no pueden actuar contra su equipo
de origen, y es que hasta en eso demostraron su ineptitud los responsables de
la parcela deportiva.
A
destacar el gran partido de otro cedido incomprensiblemente también sin
cláusula, Rubén Pérez, digno de verlo multiplicándose en la zona de
recuperación y creación de los blanquiazules mientras que en la equivalente
zona rojiblanca sólo se veía un desierto, como en casi toda la temporada. El
gran trabajo de Rubén Pérez para el rival contrastó con el nulo para los
nuestros del que vino a ocupar su puesto a principio de temporada cedido del
Barcelona con aires de crack, Sergi Samper, que salvo momentos puntuales en
partidos concretos, no demostró otra cosa que inmadurez en las veintitrés
jornadas que disputó.
En la
grada estuvieron siguiendo el partido otros dos granadinistas más cedidos a los
locales, aunque éstos en el mercado de invierno y ya con cláusula del miedo:
Tito y Alberto Bueno. También contaba en sus filas el Leganés con Róber Ibáñez,
lesionado de larga duración, que no jugó. Y también, y sí intervino en el
partido y algún problema causó a la temblorosa zaga rojiblanca, el frustrado
fichaje rojiblanco de invierno con pitorreo, El Zhar.
El
debutante Leganés salvó la categoría con un equipo compuesto en gran parte por
desahuciados rojiblancos, paradoja de paradojas. La derrota y cómo ésta se
produjo, con un único gol propiciado por un fallo infantil rojiblanco y marcado
por alguien a quien descartó la dirección deportiva granadinista y se fue a
reforzar a un rival directo, viene a ser casi un resumen que puede explicar el
porqué de la pérdida de la categoría.
Alcaraz
renovado y defenestrado
De
Leganés nos volvimos sin nada positivo, pero lo peor fue que ya en todo lo que
quedaba de liga, ¡doce partidos!, los rojiblancos sólo fueron capaces de anotar
un punto más, de un empate a cero en La Coruña en la jornada 30 (otro récord
negativo más de la muy olvidable 16-17). Casi podría hablarse de una bajada de
brazos tras el varapalo de Butarque. Quedaba margen para haber intentado
todavía eludir el descenso, pero pareció que los propios futbolistas,
conscientes de sus muchas limitaciones y sabiendo que aún había que recibir la
visita de todos los grandes, se resignaron a su suerte
Lucas Alcaraz en sus veinticuatro jornadas en el banquillo
rojiblanco lo intentó todo para tratar de enderezar la situación: jugar con
tres centrales, con dos, el 4-3-3, el 5-3-2, dar la oportunidad a jugadores del
filial... Pero poco consiguió porque el problema del equipo era la total
carencia de nivel para jugar en primera de bastantes de los hombres con los que
contaba, unida a la desidia de otros que poseyendo la suficiente clase
futbolera no se prodigaban o buscaban más el lucimiento personal. En palabras
de Eduardo Zurita en Ideal Digital, el Granada 16-17 «...es una suma
esquizofrénica de ineptitudes, egoísmos y falta de compromiso».
Estaba
cantado el cese de Lucas Alcaraz, y llegó tras jugarse la jornada 31 y perder
en Los Cármenes 1-3 con el Valencia de forma lamentable (otra más), a pesar de
haber sido renovado hasta 2018 a principios de enero, justo después de caer
derrotado 5-0 en el Bernabéu. Parece ser que lo que acabó de costarle el puesto
fueron sus declaraciones tras el partido frente al Valencia, cuando dijo estar
viviendo los peores momentos como entrenador de toda su carrera, y que nadie
del club (hay que entender que no dejaba fuera a los dirigentes) está a la
altura de la categoría, de la ciudad y de la afición, «hay que reconocer que
nos está faltando aptitud y actitud». Sólo tres días después del cese era
contratado como seleccionador de Argelia.
Tony Adams
El sustituto de Alcaraz para las siete
jornadas que faltaban fue Tony Adams, que llevaba en Granada desde noviembre
sin que se supiera muy bien cuáles eran sus atribuciones. Así hasta que fue
despedido Piru en febrero y pasó a ocupar su puesto, aunque de forma
provisional mientras se encontraba a la persona idónea. Es hombre de confianza
del inversor chino y vicepresidente de la empresa DDMC Football Club Management
Company, firma que agrupa a las inversiones futboleras de Jiang, su presidente.
Tony Alexander Adams es toda una leyenda del fútbol inglés y en sus tiempos fue
eterno defensa central del Arsenal (“Mr Arsenal” le apodan), con varias
presencias internacionales, pero sin apenas experiencia como entrenador ya que
todo su bagaje en los banquillos se reduce a una temporada (2003-04) al frente
del Wycombe, de la segunda división inglesa, y 16 partidos en la Premier League
al frente del Portsmouth, donde fue destituido antes de terminar la 08-09.
Aparte, una temporada en el fútbol azerbayano. Y pare usted de contar.
Adams dijo a la prensa que no había
venido a Granada para entrenar y que no estaba preparado, sólo vino -decía-
para reestructurar y reorganizar toda la parcela deportiva. Y sobre su
incorporación al banquillo comentó que su intención era «patearles el culo a
los futbolistas», a ver si así reaccionaban. Desde luego, fue honesto en lo
de que no estaba preparado para entrenar. A partir de hacerse cargo del
banquillo Adams sucedió algo que parecía imposible de conseguir esta temporada:
que el equipo jugara todavía peor. Su debut fue en un partido que rizó ya el
rizo de los desatinos rojiblancos en una temporada tan abundante en ellos.
Parece ser que quiso imponer a sus pupilos el viejo concepto de lo que siempre
se ha entendido por fútbol inglés, de más músculo que toque, pero en lugar de
un guiso aderezado con fútbol directo de ataque lo que le salió fue un bodrio
incomible, y más que patearles las posaderas a los suyos pareció que fueron
éstos los que cocearon las de su preparador y de paso las de la sufrida
hinchada, que en esta ocasión ya no aguantó más y explotó en una protesta
generalizada contra los futbolistas y el palco a la vez que iba despoblando las
gradas cuando faltaba por jugarse más de un cuarto de hora. Y no es que
enfrente estuviera el Madrid o el Barcelona, sino que el rival fue el Celta,
mejor dicho, los suplentes del Celta, que reservó a sus estrellas ante la
inminencia de un compromiso internacional. Sin apenas sudar, los de celeste se
impusieron 0-3 en el nuevo Los Cármenes ante un Granada que por primera vez en
toda su historia saltó al verde con un once por completo integrado por
extranjeros.
Puntilla y linterna
Las dos siguientes jornadas trajeron
nuevas derrotas, en el Nervión sevillano y en Los Cármenes frente al Málaga por
idéntico resultado de 2-0, así como dos nuevos ridículos rojiblancos. El
siguiente partido, jornada 35, tocaba comparecer en Anoeta. En la víspera el
Granada realizó un nuevo fichaje: el holandés John Metgod, defensa que fue del
R. Madrid de los primeros ochenta y al retirarse entrenó a algunos clubes
ingleses, que se incorporó como segundo de Adams. Ante la R. Sociedad el
Granada ofreció la mejor cara de la mini era Adams, con un partido por lo menos
no tan insufrible como los anteriores, pero nada pudo sacar de tierras vascas y
cayó derrotado 2-1, consumándose con ese resultado el descenso ya matemático
del Granada a Segunda División a falta de jugarse todavía tres jornadas. Otro
récord negativo más que añadir al nefasto balance de la 16-17 ya que, hasta el
momento, de los ocho descensos anteriores sufridos por nuestro equipo en toda
su historia, sólo dos se consumaron antes de estar agotado todo el calendario,
en la 60-61 y en la 87-88, pero tanto en una como en otra temporada el descenso
matemático llegó a falta de sólo dos jornadas por disputarse.
Anoten en letras negras la fecha de 29
de abril de 2017, ese día, en horario chino y en el estadio donostiarra
de Anoeta, se cerró un importante ciclo en la historia del Granada CF.
De las tres jornadas que faltaban por
jugarse dos eran en casa, la primera ante el R. Madrid, que sin tener que
correr endosó un 0-4, y la segunda era la visita del Español, que también se
llevó los tres puntos en el partido que ponía fin a la liga y es por ahora el
último del Granada en Primera. En medio de ambos hubo que visitar al Osasuna,
también ya descendido, el único equipo que fue casi todo el campeonato por
debajo, pero ni siquiera en ese campo fue el Granada de Adams capaz de arrancar
algo positivo, así que ni la honrilla de no acabar farolillo rojo o linterna le
dejaron a los rojiblancos, otro récord negativo más que sumar, si bien éste no
es absoluto puesto que ya terminó una liga nuestro equipo como colista, en la
1960-61, la única hasta ese momento de las 82 ligas ya disputadas en cualquier
categoría en la que el Granada acabó el último. La 60-61 fue durante 56 años la
peor temporada de la historia. La 2016-17 la ha empeorado.
El Balance de Adams al frente del
banquillo no puede ser más desolador: siete partidos dirigidos y siete
derrotas, 3 goles a favor y 17 en contra. Otro récord negativo más que anotar a
esta horrible 16-17: de los 74 entrenadores que se sentaron en el banquillo
granadinista a lo largo de sus 86 años de existencia y dirigieron al menos
cinco encuentros, Tony Adams es el que peor coeficiente obtuvo (0 %). Adivinen
quien es el penúltimo en esta poco honrosa clasificación; sí, ése mismo: Paco
Jémez (11,11 %). Ambos hicieron bueno al que llevaba 32 años como el peor
entrenador de la historia: José Antonio Naya (20,83 %).
Futuro
El
presidente Jiang, que pasa la mayor parte del año en Shanghai pero, según él
mismo, está al día de lo que aquí ocurre a través de su mano derecha, el
vicepresidente Kangning Wang, aparece como último responsable del desaguisado
deportivo y organizativo que ha supuesto la temporada 2016-17. Se le reprocha
dejadez en el mando de la nave rojiblanca, delegando su gobierno en manos
incompetentes, y también falta de inversión, de manera que determinados
futbolistas que podían haber dado al equipo otra cara y quizás evitar la
debacle y con los que hubo conversaciones avanzadas en pretemporada, al final
se decidieran por firmar en otros clubes, y de ese modo hubo que hacer una
plantilla de retales muy a última hora y con lo único que se pudo fichar: lo
que no quería nadie. Todo se traduciría en que no es mucho su interés por
seguir adelante con su aventura española. Jiang se defiende argumentando que el
tope salarial de la LFP no da para más, y que la legislación de su país impide
la salida de capitales al extranjero en la medida que sería conveniente, no
sólo para potenciar su inversión española sino también la que supone la red de
clubes que ha creado al estilo Pozzo. En reiteradas apariciones en la prensa
local ha afirmado Jiang que su proyecto granadino es a largo plazo, con el
objetivo principal de crear cantera e infraestructura (ciudad deportiva), y que
está aquí para construir un club de éxito del que todos se puedan sentir
orgullosos. En entrevista de Rafa Lamelas para Ideal de 22 de febrero de 2017
dice que no está dirigiendo al club para sacarle un beneficio económico ni para
dar un pelotazo y marcharse después.
Tras
consumarse el descenso en Anoeta el presidente Jiang se dirigió a la afición
mediante una carta abierta en la web oficial del club en la que afirma que está
seguro de que la estancia en segunda será temporal (dos años como mucho, dice),
y achaca el pésimo resultado obtenido a la inexperiencia y a la precipitación
forzada por el escaso tiempo con que contaron para planificarlo todo.
El propósito de enmienda con vistas al futuro
expresado también por el presidente en su misiva se tradujo en el fichaje a
finales de abril por tres temporadas de Manolo Salvador como director
deportivo. Como futbolista profesional, fue Salvador un centrocampista todo
terreno que jugó en el Albacete de Benito Floro, “el queso mecánico”, y como
director deportivo, su mayor logro fue construir el Levante que ascendió a
primera en 2008 y llegó a jugar competiciones europeas. Desde luego, éste no es
un inexperto como su antecesor en el cargo, y su competencia en esos menesteres
la tiene más que acreditada.
Salvador
firmó ya en junio como entrenador a José Luis Oltra, con amplia experiencia en
la nueva categoría del equipo rojiblanco, y también varios jugadores que hacen
pensar que la recuperación de la máxima categoría es muy posible. Pero éste es
un relato que pertenece ya a la siguiente temporada.
El
Granada B
El primer filial, el Granada B, completó su cuarta
temporada consecutiva en 2ª B, menos brillante ésta que en ejercicios
anteriores, y en la que pasó por distintos altibajos llegando a estar a
mediados de la liga cerca de los puestos de descenso para alcanzar un octavo
puesto como clasificación final (ver cuadro resumen). Como entrenador tuvo toda
la temporada al joven catalán Lluis Planagumá, con experiencia previa en los
banquillos de los filiales de Español y Villarreal. La mayoría de sus
futbolistas eran propiedad de Pozzo, como se acordó cuando la venta del club,
por lo que tras la ruptura definitiva con el italiano serán muy pocos los que
continúen la siguiente temporada. Hasta cinco de sus futbolistas llegaron a
debutar esta misma temporada con el primer equipo, siendo de destacar en este
sentido el jugador Entrena, uno de los dos únicos granadinos de la plantilla
del filial que fueron titulares a lo largo de la temporada en el Granada B. Con
ese debut Entrena se convierte en el que hace el número de veinticinco
futbolistas granadinos salidos de la cantera y que jugaron en el primer equipo
en Primera División.
LA
PEQUEÑA HISTORIA DE LA TEMPORADA 2016-2017
* Consejo de Administración granadinizado.
Una de las primeras medidas que adoptó el nuevo propietario del Granada CF fue
la de tratar de granadinizar el club.
Para ello se propuso dar entrada en su consejo de administración al
empresariado granadino, y en quien primero se pensó fue en Ignacio Cuerva, que
encabezaría a un grupo de diez o doce empresarios locales, cuya integración
sería remunerada. Ignacio Cuerva, el presidente de la junta gestora que en 2009
recogió el testigo de los Sanz y tras uno meses en el cargo dio paso a la era
Pozzo-Pina, quedó así integrado en el organigrama del club ocupando el cargo de
una de las dos vicepresidencias de relaciones institucionales, siendo la otra
para el magistrado Antonio Iglesias Martín, ambos en sustitución de Javier
Jiménez, que era hombre de Pina. Otra incorporación granadinizante fue
la de Javier López García de la Serrana, abogado al frente de uno de los
bufetes más importantes de la ciudad, nombrado director del área de
Responsabilidad Social Corporativa, departamento de nueva creación con el
objetivo de acercar el club al tejido social y empresarial granadino e impulsar
la creación de una fundación.
* Rochina traspasado. La perla que le quedaba al Granada CF, Rochina,
que tuvo un final de temporada sobresaliente en la 15-16, fue traspasado en el
verano de 2016 al Rubín-Kazán ruso, entrenado por Javi Gracia, que pagó los 10
millones de euros de su cláusula de rescisión, de los que el 85% fue a parar a
las arcas rojiblancas y el 15 % restante fue para su anterior club, el
Blackburn Rovers. No cabe duda de que la marcha de Rochina, unida a las ya
confirmadas de Succes, Peñaranda y El Arabi debilitaron bastante la faceta
ofensiva del GCF.
* Inversiones chinas. John Jiang, el propietario del Granada desde
junio de 2016, siguió invirtiendo en deporte de élite y adquirió el 5% del club
Minnesota Timberwolves, de la NBA, y no contento con esto también se convirtió
en máximo accionista del club de fútbol Chongqing Dangdai Lifan, de la primera
división china. Al acto de presentación del nuevo propietario del club, en la
lejana ciudad de Chongqing (casi 10 millones de habitantes), viajaron invitados
en representación de su inversión hispana, el director general rojiblanco,
Sergi Vieta y el director deportivo Javier Torralbo “Piru”, y además les
acompañaba Javier Tebas, presidente de la LFP, y alguien a quien todavía no
conocíamos por estas tierras pero del que íbamos a tener abundantes noticias a lo
largo de la temporada, Tony Adams, en esos momentos designado director
deportivo del club asiático. En el acto, celebrado en un céntrico teatro, se
exhibieron vídeos en los que el club chino y nuestro Granada aparecían
hermanados, y también se presentó a dos fichajes rojiblancos, ambos chinos:
Feng Jim (el Messi del Lifan) y Wang Zixiang; este segundo, un portero
de 18 años con paso previo por Udinese la temporada anterior, fue el único de
los dos que acabó viniendo y se integró en las filas del Granada juvenil, de
Categoría de Honor. La presencia de Tebas obedecía, se dijo, a la idea de
potenciar el fútbol español en China y vender la marca Granada, y al mismo
tiempo ir preparando el terreno para el paso al fútbol europeo de jugadores
chinos. Más adelante, en marzo, saltó a la prensa la noticia de que Jiang
andaba en negociaciones para la compra de un club belga de segunda división, el
Oud-Heverlee Leuven, y otro de la primera inglesa, el Criystal Palace. Y ya en
junio adquirió el 60% del nuevo Parma, de la serie B italiana. Jiang se ha
propuesto seguir los pasos de Gino Pozzo, a quien admira, con inversiones en
distintos países, y todo lo hace a través de la empresa DDMC (léase didiemsi).
* Trofeo Diputación. El Granada se presentó ante su público a
primeros de agosto en disputa del V Trofeo Diputación, que hace pocos años vino
a sustituir al fenecido Trofeo Granada. El Sevilla derrotó al Granada por el
resultado de 0-2 y se llevó la copa (inspirada en la del extinto trofeo
veraniego, aunque de mucho menor tamaño) ante una bastante buena entrada en las
gradas a pesar de las fechas. Vimos a un Granada en el que se alinearon hasta
siete futbolistas que en una semana o dos ya no iban a formar parte de la
plantilla rojiblanca, un Granada tratando de asimilar el esquema de Paco Jémez,
de defensa adelantada que intenta siempre sacar el balón jugado. Pero en
realidad lo que pudimos ver fue un anticipo de lo que iba a ser toda la
temporada a punto de echar a andar, un Granada sin definir, sin esquema y sin
nivel para la máxima categoría en varios de sus componentes, y al que condenan
sus enormes fallos de principiante en la cobertura.
* Obituario. El primer ex granadinista que nos dejó fue Larraz, allá
por agosto, a los 82 años y en Las Palmas de Gran Canaria, delantero argentino
que pasó por el Granada con mucha más pena que gloria y que quizás ostente el
récord de ser el de más baja estatura (1,60) que defendió nunca los colores
rojiblancos.
En octubre moría en Tenerife a
los 88 años Eloy Pérez Andréu, conocido en el mundillo futbolero por sus dos
apellidos, fue un lateral izquierdo que estuvo en el Granada en dos etapas
distintas, en la 54-55, cedido del At. Madrid, temporada en la que apenas jugó
al tenerse que volver a su club, y en la 56-57, ahora fichado, temporada en la
que fue titular y colaboró al ascenso, pero no renovó.
Ya en enero moría en Sevilla a
los 87 años Ramoní, medio de gran clase y que está en la foto de la final de
Copa de 1959, granadinista entre 1958 y 1960.
En febrero fallecía en
Alicante a los 80 años Manolet, defensa y medio que perteneció al Granada entre
1960 y 1964 y jugó un total de 66 partidos.
A finales de febrero murió
José Vargas Pérez, el socio más antiguo con el que contaba el Granada, abonado
sin interrupción desde la temporada 1947-48; contaba 86 años.
* Obituario (2). Aparte de los citados, también a lo largo de la
temporada fallecieron tres personas a las que se puede considerar pesos pesados
del granadinismo.
En noviembre murió Mariano
Sánchez Osorio, directivo muchos años, siempre a la sombra de Candi, y delegado
de campo en los buenos años de primera, con especial mano izquierda para tratar
a los árbitros; también fue propietario del campo del Zaidín que en una época
se llamó Sánchez Herrera, cedido muchas veces gratuitamente para que los
filiales entrenaran y jugaran sus partidos.
En febrero falleció José
Aragón a los 81 años, presidente que fue en una de las épocas más oscuras del
club y al cual salvó de una más que posible desaparición en 1991, cuando nadie
quería hacerse cargo del equipo y las deudas ahogaban a la entidad tras la espantá de Murado.
Y ya a finales de marzo moría
en Granada a los 86 años el gran periodista deportivo José Luis Piñero; era
natural de Mahón pero se había afincado en Granada en sus años adolescentes y
desempeñó su labor en Patria e Ideal y en Radio Granada, desde los años
cincuenta hasta su jubilación en los noventa.
* Lo mejor, la afición. Esta temporada el Granada rozó la cifra de
16.000 abonados, 4.000 más que en la temporada anterior y casi los mismos que
la del redebut en Primera, la 11-12. A ello contribuyó en gran manera la bajada
notable del precio de los abonos y también el hecho de que a las alturas de
comienzo del ejercicio estaba la afición todavía ilusionada con el cambio de
propietario y la confección de una plantilla que, a priori, parecía
competitiva. A pesar de los continuos despropósitos balompédicos a que fue
sometida, la afición no se rindió y acudió al estadio animando a su equipo
mucho más de lo que se merecía, organizando protestas, en todo momento
moderadas y educadas, sólo cuando ya el resultado de descenso se veía como
inevitable. La hinchada granadinista es lo único salvable de la peor temporada
de la historia.
* Nuevo patrocinador. A partir de la segunda jornada, las camisetas
rojiblancas horizontales lucieron esta temporada como publicidad un letrero en
grandes caracteres chinos y debajo la leyenda Energy King, marca comercial de una bebida energética muy popular
-al parecer- en la lejana China, pero desconocida por estos pagos.
* Morientes. A finales de noviembre, cuando las cosas iban ya
francamente mal en lo deportivo, saltó a la actualidad el nombre de Morientes
como posible director deportivo en sustitución de Piru Torralbo. Días después
se habló de que su puesto en el Granada sería el de director de fútbol, una
especie de director general pero sólo de la faceta deportiva, un puesto de
nueva creación que no implicaría el cese de Piru, aunque en la prensa se
especuló con que su función principal podría ser ir preparando los fichajes del
mercado de invierno. Pero finalmente nada se concretó y Morientes no se
incorporó al club.
* La venganza de los ex. La pésima planificación deportiva del
Granada que caracteriza la 16-17, con varios futbolistas que tenían contrato en
vigor y muy bien podrían haber rendido, pero se les dejó marchar para que éstos
reforzaran suicidamente a rivales directos, tuvo la curiosa y nefasta
consecuencia de que varios de ellos aprovecharon sus partidos contra su antiguo
equipo para reivindicarse con goles o buenas actuaciones. En la jornada 6 Édgar
Méndez (dejado en libertad en verano) marcó el primero de los goles del Alavés
del total 3-1 con que se impuso su equipo al Granada. En la jornada siguiente
Fran Rico (cedido) tuvo una actuación destacada en la victoria del Éibar en Los
Cármenes. Ya en la jornada 26, con visita a vida o muerte a Leganés, Rubén Pérez
(cedido) se lució con una muy buena actuación, y el único gol del partido con
el que salimos derrotados lo marcó otro cedido, Machís. Y ya en la jornada 28,
en otro partido a vida muerte en casa del Gijón, junto al Osasuna también
descendido, Babin (dejado en libertad) se
vengó marcando el segundo de los goles de su equipo en su victoria (3-1)
sobre el Granada. Por lo visto, en uno más de los grandísimos errores cometidos
en la política deportiva del club, se pensó que ninguno de ellos podía hacer
sombra a los que vinieron a sustituirlos y ni siquiera se tuvo la precaución de
incluir en los contratos de cesión la llamada cláusula del miedo.
* Las televisiones mandan. Por si no fueran ya suficiente molestia
para el hincha de a pie, el que acude a los estadios, los partidos a las tantas
en viernes o lunes, esta temporada se programó además cada jornada un partido
en horario chino, o sea, a las 13,00
horas del sábado (en China las 7 u 8 de la tarde), buscando promocionar el
balompié patrio en el prometedor mercado del lejano Oriente. Con ese horario el
Granada disputó un total de ocho partidos, tres en casa y cinco a domicilio, de
los que ganó uno, empató otro y perdió los restantes, incluido el último de
ellos, el que supuso la puntilla y el descenso matemático a falta de tres
jornadas para terminar la temporada, en Anoeta.
* La Selección volvió a jugar en Granada. Y, como en todas sus
visitas anteriores, obtuvo un triunfo. El 12 de noviembre de 2016 España
derrotó a Macedonia 4-0 en el nuevo Los Cármenes, en partido oficial
clasificatorio para el Mundial ruso de 2018. Jugaron: De Gea, Carvajal, Bartra,
Nacho, Monreal, Busquets, Koke (Isco 71’), Thiago, Silva, Vitolo (Callejón 86’)
y Morata (Adúriz 59’), como se ve, una selección muy renovada y con Julen
Lopetegui de seleccionador en el que era su cuarto partido en el banquillo de
la absoluta. No le resultó fácil a la Roja batir a los macedonios a pesar de lo
abultado del resultado, y hubo que esperar hasta más de la media hora para ver
el primero de los cuatro, que fue en propia puerta. Ya en la segunda parte
Vitolo, Monreal y Adúriz redondearon el marcador. Acudieron al encuentro unos
18.000 espectadores, que es lo mismo que decir que se llenó por completo el Nuevo
Los Cármenes, lo que ocurre es que no se pudieron utilizar las gradas de
andamio de las cuatro esquinas porque la FIFA no homologó sus estructuras
metálicas. Además, tuvimos el aliciente de ver con la roja a uno de los pocos
granadinos que ha alcanzado la internacionalidad absoluta, el motrileño Jose
Callejón, que jugó sólo unos pocos minutos pero fue recibido con una gran
ovación de paisano a paisano y oyó su nombre coreado por unas gradas
entregadas. Era la primera vez en la historia que un granadino jugaba en
Granada como internacional absoluto. También pudimos ver al hasta la temporada
anterior portero titular del filial Granada B, ahora en el Tarragona,
Dimitrievski, defendiendo el arco de Macedonia. Y no llegó a salir, pero estaba
en el banquillo, otro ex granadinista, Nolito.
* Antonio Álvarez medalla de oro del Granada CF. A mediados de
noviembre el ex granadinista de los 90, Antonio Álvarez, fue homenajeado en su
ciudad y por su club de toda la vida, el Sevilla FC, en cuyas filas jugó 13
temporadas y alguna más lo dirigió desde el banquillo. El Granada CF aprovechó
el acto para sumarse al homenaje y mandó una delegación encabezada por Ignacio
Cuerva, quien impuso a Álvarez la insignia de oro del club rojiblanco. Creemos
que hay unanimidad entre el granadinismo sobre lo merecido del reconocimiento
del club hacia Álvarez y sus inolvidables cuatro temporadas de rojiblanco.
* El gol 800. En la jornada 13, domingo 27 de noviembre de 2016, el
delantero ucraniano Artem Kravets, que vino cedido del Dínamo de Kiev y
procedente del Sttugart de la Bundesliga, consiguió inscribir su nombre en los
libros de historia del GCF al marcar en Balaidos un gol que aunque no sirvió
para puntuar (perdimos 3-1) sí tuvo el atractivo de ser redondo, concretamente
el que hace el 800 de los conseguidos por el Granada como equipo de Primera
División. Llegado casi sobre la bocina que anuncia el cierre del mercado de
fichajes de principio de temporada, Kravets, que no se distinguió precisamente
por su juego depurado, consiguió ser máximo goleador del equipo (compartido con
Carcela y Pereira) con la raquítica cifra de cinco tantos.
* Segunda fase de la ciudad deportiva. En diciembre y en ceremonia
protocolaria, con asistencia del presidente John Jiang y del alcalde Francisco
Cuenca, se puso la primera piedra de lo que será segunda fase de la ciudad
deportiva del GCF. A comienzos de la temporada anterior se inauguró la primera
fase, la cual se encuentra a pleno rendimiento y desde entonces viene siendo el
lugar habitual de preparación para la primera y segunda plantillas, mereciendo
el elogio de cuantos la visitan. Esta ampliación o segunda fase que completará
las instalaciones, valorada entre tres y cuatro millones de euros, constará de
una residencia para alojamiento de los integrantes de la cantera y
concentraciones del primer equipo y de dos campos más, uno de ellos con gradas
capaces de alojar a 2.000 personas, previsto para que el filial dispute allí
todos sus partidos como local. En el momento de redactar este resumen de la
temporada sólo se ha trabajado en el movimiento de tierras, y es que distintos
problemas de tipo burocrático y las correspondientes catas arqueológicas parece
que van a retrasar algo la finalización del proyecto y difícilmente podrá estar
terminada en el plazo de un año, que era lo previsto.
* David Navarro y Javier Rufete despedidos. Poco antes de concluir
2016 David Navarro, gerente deportivo y delegado de equipo, y Javier Fernández
Rufete, jefe de prensa, recibían la carta de despido del club, motivado el cese
por haberse perdido la confianza en ambos por parte de la propiedad, que es la
versión oficial, aunque también se podría decir que ambos despidos parecen
obedecer al deseo de borrar toda herencia de la era Pina en el club. Alguna de
las funciones que realizaba el primero -las de delegado de equipo- pasó a
desempeñarlas Manolo Lucena, que ya venía actuando como delegado de campo y
ayudante del míster. Y para las funciones de gerente deportivo fue designado
algunos días después Fran Sánchez, de 28 años, oriolano aunque de familia
granadina, con experiencia en el mismo cargo en el Elche. Para sustituir a
Rufete fue designado Antonio García Armero, periodista lucense de 36 años que
trabajó en Marca, que fue a partir de este momento el segundo en la faceta de
comunicación, por detrás del director Míchel Martín. No sentó nada bien entre
el granadinismo el despido de Rufete, que venía ocupando el cargo desde 2011 y
en ese tiempo se había ganado el afecto de los profesionales de la información,
por su trato cercano y siempre atento, y el de los aficionados organizados en
la federación de peñas. Incluso algunas de éstas llegaron a convocar ante las
puertas de las oficinas del club una manifestación de protesta por su
destitución.
* Relaciones con Pozzo. Las relaciones de la nueva propiedad con los
Pozzo se deterioraron notoriamente durante la temporada, especialmente cuando
llegó la hora de reforzarse en el mercado invernal. Se buscó insistentemente la
vuelta, aunque fuera a préstamo para la segunda vuelta, de algunos de los
futbolistas de la escudería Pozzo que la temporada anterior dejaron muy buen
sabor de boca e influyeron bastante para que no se perdiera la categoría,
especialmente Doucouré, Success y Peñaranda. Esta temporada la aportación de
Pozzo a la primera plantilla rojiblanca se limitó a los futbolistas Gabriel
Silva, lateral izquierdo de grandes limitaciones defensivas y al que hubo que
cortar en enero, y Kone, un centrocampista que vino en enero lesionado y apenas
jugó unos minutos. Aparte, todavía quedaban en el once titular Foulquier y Uche
Agbo, y también la mayoría de futbolistas que se alinearon en el filial, de los
que hasta tres, Hongla, Aly Mallé y Estupiñán jugaron algún partido con el
primer equipo. Ninguno de los tres pretendidos acabó viniendo e incluso
Peñaranda se fue a reforzar al Málaga, un rival directo en aquellos momentos.
Quizás por estas razones, finalizando la temporada se comunicó al italiano la
ruptura de toda relación en adelante. Y Así, en mayo salió el último
representante de Pozzo que quedaba en el consejo de administración del club, el
abogado Jordi Trilles, que ocupaba el cargo de vicepresidente, aunque este cese
estaba previsto de antemano y era la consecuencia lógica del total traspaso de
poderes a la nueva propiedad. El 20 de mayo se publicaba que el Granada cortaba
todo tipo de relación con los Pozzo. El vicepresidente Kangning Wang se reunió
en Milán con Gino Pozzo para comunicarle que el convenio por el que Pozzo podía
ubicar aquí a futbolistas suyos se daba por concluido, así que no seguirá
ninguno de los varios futbolistas rojiblancos pertenecientes a la escudería
Pozzo salvo acuerdos concretos en casos aislados.
* El no fichaje de El Zhar. Fueron innumerables los desatinos que a
todos los niveles tuvo que sufrir el hincha rojiblanco a lo largo de esta 16-17
para el olvido. Quizás lo que mejor pueda simbolizar la esperpéntica temporada
sea el no fichaje del jugador El Zhar. El mismo día que se cerraba el
mercado invernal tenía el Granada apalabrado a este jugador del Las Palmas que
en la primera vuelta, en las islas, destrozó la débil defensa rojiblanca en un
infausto partido en el que el Granada salió goleado 5-1, dos de los goles con
su firma. El Granada, o sea, Piru, contactó directamente con el jugador y logró
su contratación verbal sin hablar primero con su representante, y éste se vengó
derivando a última hora al futbolista al Leganés, equipo en el que acabó enrolado.
Para más inri, el intermediario, Luis Alonso es su nombre, se jactó poco
después de haber dejado con dos palmos de narices al club rojiblanco y a su
responsable deportivo mediante un comentario en las redes sociales tal que: «Lo
han querido pero no han podido», acompañado de emoticonos que mostraban
gestos de burla, lo que motivó la protesta oficial del Granada CF. Hubo que
devolver los billetes de avión dirección Granada ya adquiridos y a reforzar al
principal rival, el que marcaba en esos momentos el corte con el descenso, se
marchó el delantero franco-marroquí. Se comenta por sí sola la no contratación
de El Zhar y da una idea de en qué bisoñas manos estuvo la dirección deportiva
16-17. Quizás fue la gota que colmó el vaso porque pocos días después era destituido
Torralbo.
* Nueva Fundación y Granada CF de sordos. En noviembre de 2006, el
Granada se autodotó de una Fundación, esto es, una organización dentro del
club, sin fines de lucro y dedicada a obras sociales, humanitarias o
culturales. Su vida fue efímera, prácticamente limitada a los años en que la
familia Sanz figuró al frente del Granada CF, quedando sin actividad desde el
momento en que don Lorenzo e hijo hicieron mutis de la escena, a finales de
2008. En febrero de 2017 el club decidió crear una nueva fundación, distinta de
aquella primera, a la que le puso el nombre Fundación GCF 1931, con el
fin, según lo expresado en el acto de presentación, de poner en marcha
proyectos sociales de difusión del deporte y ayuda a los más desfavorecidos,
siempre con el sello del Granada CF y con la idea de propagar la imagen del
club por toda la provincia. El responsable de la Fundación es Josep Cortada.
Sus primeras iniciativas fueron un acuerdo de colaboración con Asprogrades
y el apadrinamiento de un club de fútbol para sordos, prestándole apoyo
económico y permitiéndole usar la marca GCF y sus colores y símbolos, naciendo
así el Granada CF de sordos. Este equipo ya en junio consiguió proclamarse
subcampeón de España. Otra iniciativa promovida por la nueva fundación fue la
que se llamó “Botas de oro para África”, por la cual jugadores de la primera
plantilla y de los filiales donaron botas, guantes y camisetas para regalar a
los niños del poblado keniata de Barsaloi.
* Once nacionalidades distintas, récord nacional. El mejor partido
del Granada fue el de la jornada 23, viernes 17 de febrero, en el que el Betis
salió derrotado 4-1. Esa tarde-noche el Granada batió un récord en su historia
pero también en la liga española desde que ésta echó a andar allá por 1929: los
once futbolistas que saltaron al nuevo Los Cármenes vestidos de rojiblanco eran
cada uno de nacionalidad distinta, si bien Carcela y Pereira son belgas pero el
primero es también marroquí y el otro tiene también la nacionalidad brasileña.
Un único español figuró de inicio, el lateral izquierdo vallisoletano Héctor
Hernández, incorporado en el mercado de invierno cedido por la Real Sociedad.
Volvió a repetirse un once con todos de nacionalidad distinta en la jornada 32,
en el debut en el banquillo de Tony Adams con visita del Celta; en esta segunda
ocasión no hubo además ni un solo español en el equipo inicial, pero el resultado
fue muy distinto ya que un Celta “B”
apenas tuvo que despeinarse para ganar en el nuevo Los Cármenes 0-3.
* Otro récord de extranjería. Aparte del récord nacional de jugar con
once futbolistas de nacionalidades distintas, también por primera vez en su
historia el Granada presentó un equipo en el que los once sobre el césped eran
no nacidos en España. Ocurrió por primera vez el 20 de marzo en el campo
gijonés de El Molinón, en la jornada 28 (3-1 perdimos) y sólo duró nueve
minutos, que son los que mediaron entre la salida al campo de Kravets
sustituyendo a Cuenca (67’), el único español de inicio, y el nuevo cambio al
salir Samper por Angban (76’). Y volvió a verse un once entero granadinista de
no españoles en la jornada 32, en el nuevo Los Cármenes, como queda dicho más
arriba, en el partido de debut de Tony Adams como entrenador, con derrota 0-3
ante el Celta, pero en esta ocasión los once extranjeros formaron de inicio, y
estuvieron sobre el terreno 72 minutos, hasta que en ese momento Héctor
Hernández entró por Pereira. No se trata de un récord a nivel nacional puesto
que el Sevilla ya lo había batido esta misma temporada en la jornada 4, con un
once inicial compuesto entero por no españoles, pero sí lo es en la historia
rojiblanca. El anterior récord de extranjeros granadinistas en un partido lo
había establecido nuestro equipo en la 2013-14, con 10.
* Y otro récord nacional. El guardameta internacional mejicano,
Guillermo “Memo” Ochoa, enrolado en el Granada cedido por el Málaga, inscribió
su nombre en los anales del fútbol patrio al establecer un nuevo récord
nacional, aunque éste no sea algo de lo que estar precisamente orgulloso: el de
ser el portero más goleado en una temporada de Primera División de la liga
española desde que ésta se disputa. La anterior marca negativa estaba en 79
goles en contra y la ostentaba desde la 95-96 José Ignacio Aizpurúa, portero
del Salamanca. En la jornada 37 y penúltima, al caer el Granada derrotado en el
campo del Osasuna por 2-1 se estableció un nuevo registro, aumentando los goles
a 80. Finalmente la nueva marca ha quedado en 82 goles en contra ya que en la
última jornada recibió el Granada dos goles más del Español.
* El Granada CF femenino. Entrenado por Roberto Valverde, a últimos
de abril terminaba su liga invicto el Granada CF femenino, de segunda división.
A pesar de su sensacional temporada, de llevar justo un año entero sin perder
ni un solo partido y de haber conseguido 126 goles por sólo 18 encajados, no
pudo recuperar la máxima categoría en la que militó hace dos temporadas,
acabando segundo clasificado del grupo IV, que estuvo dominado por el Sevilla
FC. Esta temporada estaba previsto que sólo el primer clasificado podría
ascender.
LOS
QUE HICIERON HISTORIA EN EL GRANADA CF
Francisco Guillermo “Memo” Ochoa Magaña
Muy pocas cosas positivas se pueden extraer de la
trayectoria del GCF en la nefasta temporada 2016-17. Una de esas pocas cosas
fue la presencia en las alineaciones rojiblancas de este guardameta
internacional mejicano, de magníficos reflejos, colocación y agilidad,
considerado uno de los mejores del mundo y toda una leyenda viva en su país.
Natural de Guadalajara, se inició en el club América mejicano para dar el salto
a Europa en 2011 y enrolarse en el Ajaccio francés, recién ascendido a primera,
en el que estuvo tres temporadas. Su gran papel en el Mundial brasileño de 2014
hizo que lo fichara el Málaga por tres años, pero en el equipo de la ciudad
vecina tropezó con la gran forma del portero Kameni, que casi lo dejó inédito.
Faltándole un año de contrato en el Málaga, el Granada obtuvo su cesión a
principios de la 2016-17.
En la larga y densa página de Wikipedia que de Ochoa se
ocupa, tras dedicarle grandes párrafos elogiosos a su trayectoria en el fútbol
de su país y en el francés, destacando sus muchas presencias internacionales y
el haber sido incluido en 2008 en una selección mundial, su paso por el fútbol
español ocupa muy poco espacio. A su estancia en el Málaga apenas le dedica
siete renglones, y su temporada en el Granada la despacha con una única línea
en la que nada se dice del descenso ni del récord negativo alcanzado.
Y es que a pesar de su indudable calidad como cancerbero,
no ha sido muy afortunado su paso por el fútbol español. En el Málaga se pasó
en blanco toda una temporada y la segunda jugó muy poco. Y en el Granada ha
inscrito su nombre no precisamente en la mejor historia del balompié español al
convertirse en el portero que más goles ha recibido en una liga de Primera
División: 82 (a una media de 2,16 por partido, la tercera peor de la historia
rojiblanca, superada por la 42-43: 2,61, y por la 47-48: 2,23) ya que la
anterior marca era de 79. Pero aunque se trate de algo de lo que no se pueda
estar muy orgulloso, hay que decir que Ochoa, su actuación bajo los palos
rojiblancos, fue una de las poquísimas cosas salvables de esta horrible
temporada granadinista. No se puede olvidar que si llegó a encajar tantos goles
fue sencillamente porque a pesar del baile de entrenadores que se sentaron en
el banquillo del Granada, todos lo consideraron insustituible y sólo se perdió
un partido (de Copa), y no suena a exageración afirmar que seguramente sin su
concurso en lugar de 82 goles serían bastantes más los que habría encajado
nuestro equipo. Baste decir que además de ser el portero más goleado de la liga
también fue el que más paradas hizo, un total de 166 (162 según otras
estadísticas) de récord, a más de 30 de los siguientes en esta clasificación.
Esos números son bien indicativos de la grandísima fragilidad de la defensa
rojiblanca 16-17.
Sus
comienzos granadinistas no fueron buenos. Repasando las crónicas de los
primeros partidos es fácil tropezar con comentarios muy negativos hacia su
labor (aquel gol a tiro muy lejano del Éibar... aquel gol del Leganés que costó
el partido...), acusándolo de manos blandas y de falta de concentración, pero
conforme iban transcurriendo las jornadas sus detractores se iban convirtiendo
cada vez más en admiradores, y esto nos hace rememorar los primeros pasos en
nuestro equipo de otro grandísimo portero que por aquí pasó, Ñito, también muy
criticado al principio para después llegar a ser idolatrado. La incapacidad y
la falta de actitud de muchos de sus compañeros de equipo condicionaron
bastante su año granadinista (el propio Ochoa declaró a la prensa una vez
terminada la liga que había jugadores que se escondían para no jugar los
partidos o que fingían lesiones). No cabe duda de que las cosas hubieran sido
muy diferentes si este magnífico guardameta hubiera militado en un Granada
“normal”, no en este Granada que le tocó en suerte, el de la peor defensa que
se recuerda y el de menos implicación de buena parte de los que lo formaban.
Al terminar la liga se marchó con la selección de su país a
disputar la Copa Confederaciones, donde volvió a brillar haciendo grandísimas y
espectaculares paradas, y a su término, una vez cumplido su contrato con el
Málaga, quedó en libertad y fichó por el belga Standard de Lieja. A pesar de
todos los pesares, en Granada dejó muy buen cartel y puede ser considerado
entre los mejores porteros que por aquí pasaron.