HISTORIA DEL GRANADA C.F.
Capítulo 58
Temporada 1989-90
GILBERTO NAVARRO: UN ÁNGEL CAÍDO
Pocas veces en la historia del Granada la lesión de un jugador ha tenido una importancia tan decisiva. Para muestra basta estudiar las cifras de una temporada que pudo ser histórica y terminó entre peleas y desilusiones. Y todo por culpa de la lesión del goleador granadino Gilberto Navarro, hijo de aquel otro delantero goleador que hizo inolvidable pareja con Vidal.
Antes y
después de Gilberto
En las 21 primeras jornadas de Liga el Granada ganó 14 partidos, empató cinco y perdió dos. Marcó 43 goles, con un extraordinario promedio de 2.04 por partido, que para encontrar algo parecido hay que remontarse a la temporada 1956-57. Mientras tanto, el meta Torrano encajaba 18 tantos.
Pero el 28 de enero de 1990 Gilberto se rompe los ligamentos internos frente al Salud tinerfeño (¡vaya nombrecito premonitorio!). En ese momento el Granada marchaba 2º de la tabla a tres puntos del líder Albacete y a cuatro del Melilla, que es el tercero. Gilberto había intervenido en 15 partidos y conseguido ocho goles de los 43 totales, lo cual evidencia que tampoco sus compañeros eran parcos en aciertos ante la meta contraria.
A partir de aquella lamentable lesión, el Granada inicia una racha de 14 partidos sin conocer la victoria, con ocho derrotas y seis empates. Lo más dramático es que encaja 17 goles y solo marca seis, con un raquítico promedio de 0,42.
Culmina esta racha con el cese del entrenador José Enrique Díaz. Con José Luis Garre se ganan dos partidos y se empata uno, recibiendo tres goles y ¡marcando siete!, o sea uno más que en el total de las 14 jornadas anteriores.
Durante la época de sequía, el técnico había probado todo lo probable, alineando a todos los delanteros disponibles más los dos refuerzos de Óscar (jugó un solo partido y además fue expulsado) y Miguel Ángel Colmenarejo, al que trajo Pepe Yepes desde el Imperial de Murcia y no lo hizo nada mal, consiguiendo cinco goles en once partidos.
Los lamentos de entrenador, presidente, prensa y afición convirtieron a Gilberto en el jugador más deseado y lo elevaron a la categoría de gran figura. Pero es que las cifras son concluyentes y demuestran claramente que la ausencia del goleador tuvo una extraordinaria influencia en sus compañeros hasta un extremo que se nos antoja absurdo.
Razón tenía José Enrique
Díaz cuando, una jornada después de la lesión de Gilberto, declaraba que “el
Granada lleva la mejor campaña de los últimos 15 años, con 14 jornadas sin
perder”. Pues justo en ese instante comenzaba la horrible racha de 14
jornadas sin ganar. Parece cosa de brujas ¿no?
Lo que pudo haber sido...y no fue por la lesión de Gilberto
El caso es que todo empezó bien, con una directiva que pagaba religiosamente y un Murado que otorgaba su “confianza” al antiguo rebelde, Merayo, tras subirle el sueldo y darle el estatus de “su hombre” dentro del vestuario. José Enrique Díaz, el nuevo técnico, tiene plenos poderes y ha remodelado la plantilla a su entera satisfacción, con 15 incorporaciones.
El trofeo Granada ha pasado con más pena que gloria, con triunfo del Danubio uruguayo, y el estudioso entrenador rojiblanco forma una alineación base con Torrano en la puerta, una línea defensiva con Julio, Mediavilla, José Manuel y Osa, y un centro del campo con Rosa y Pardina a los lados y los creativos Cristóbal y Piriz en la zona central. En la punta del ataque se alternan los dos puestos entre Merayo, Gilberto y Miguel Ángel, el marbellí. La alineación incluye ocho nuevos titulares. Solo Julio, Gilberto y Merayo, permanecen respecto al equipo de la temporada anterior.
Todo es felicidad hasta final de febrero cuando Fernando Velasco tituló en Ideal: “Febrero, mes negro para el Granada” y achaca la negritud a la lesión de Gilberto y la baja forma de Cristóbal y Piriz.
Antes de eso habían ocurrido cosas tan bonitas como el excelente partido de Ceuta, alabado por propios y extraños, que terminó con empate a tres goles, con el emotivo final que supuso el postrer empate con el tercer gol del Granada en el minuto 92 y la definitiva igualada del Ceuta en el 96. Y es que aquel Granada estaba abonado a empates postreros como ocurrió ante el Marino, Sanluqueño y Estepona.
Juan Prieto, con su amor a
la estadística, descubre que el Granada ha permanecido durante un año menos un
día sin perder en los Cármenes; exactamente desde el 9 de abril de 1989
(derrota ante el Sanluqueño entrenado entonces por José Enrique Díaz) hasta el
9 de abril de 1990 cuando el Ceuta vence por 1-2. Por cierto que esta
derrota dolió mucho y provocó una crítica muy “clerical” de Ramón Ramos en el
diario “Granada
Semanas después Ramón Ramos
hubiera podido decir que el Crucificado fue José Enrique Díaz, mientras Pilatos
quedaba adjudicado al presidente Murado y María Magdalena emulaba a la
afición granadina que se quedó llorando la pérdida del casi logrado ascenso.
De Suárez
a Murado
Desde la pasada temporada
viene arrastrándose la situación ya vista en dos ocasiones (Candi-Suárez,
Osorio-Dávila) de un presidente oficial, Alfonso Suárez, y otro efectivo, José
Antonio Murado. El vicepresidente, arropado por la inquebrantable adhesión de
los socios asistentes a sus innumerables asambleas, se reviste con poderes cada
vez más plenos en esa rara situación, hasta que el 14 de noviembre de 1989
decide enviar a
Tras los reglamentarios
trámites, el 17 de enero de 1990 Murado queda nombrado presidente oficial al
ser la suya la única candidatura presentada. Antes había presionado a
Filtración
culpable
La temporada culmina con otro serio problema que deja la credibilidad del presidente seriamente dañada. Resulta que Ernesto Martínez da por los micrófonos de Antena 3 cumplida relación de las bajas acordadas en la plantilla antes de que las sepan los interesados. Murado monta en cólera y anuncia que “cesaré inmediatamente al que haya filtrado la noticia” añadiendo que “si soy yo dimitiría inmediatamente".
Poco después una grabación demostró paladinamente que el mismo José Antonio Murado había filtrado la lista. Pero no dimitió.
Los
filiales
Los filiales granadinos, presididos por Murado hijo, tienen la suerte de contar con un técnico organizado, serio y eficiente como Pepe Parejo. Además, cuentan con Evangelista (Juvenil nacional), Pavón (Juvenil local), Carlos Gómez y Donaire (Infantiles), Cabanillas y Cervera (Alevines).
El Recreativo hace una buena
campaña en Preferente y llega a su máxima cota el 26 de abril de 1990 cuando se
anuncia el salto al Granada de cuatro recreativistas: Padial, Barea, Molina y
Richard. Felicidad truncada tres días después ya que la tramitación
administrativa no se ha hecho a su debido tiempo y ha pasado el plazo
hábil para nuevas incorporaciones.
* José Enrique Díaz, además de ser un buen técnico, sorprende con sus
elaboradas y cultas frases llenas de palabras propias de un economista. Veamos
algunos ejemplos:
- El 23 de octubre de 1989, después del Granada 3, Marbella 0. “En
el desarrollo del contexto de los 90 minutos lo que hubo fue un equipo que
siempre se mostró superior”.
- El 12 de noviembre de 1989, después del Granada 3, Córdoba 1. “El
único gol del Córdoba lo ha motivado nuestra insultante superioridad que, a la
postre, ha motivado que bajemos nuestra dinámica”.
- El 15 de enero de 1990, después del Granada 3, Utrera 1. “Con Gilberto
hubiéramos hecho más goles porque nuestro poder de definición aumenta con él”.
- El 22 de enero de 1990, después del Granada 1, Marino 0. “Hemos
sido víctimas del entorno que nos rodea y de nosotros mismos”.
- El 23 de abril de 1990, después del Granada 1, Maspalomas 1. “El equipo ha entrado en una dinámica en la que tiene miedo y las soluciones serían traumáticas”. Aquí acertó de pleno; Dos semanas después el club tomaba la más traumática de las decisiones; su cese.
* Tampoco tienen desperdicio las relaciones entrenador-presidente. Fue amor
a primera vista y José Enrique no se recataba de contar a Nicasio García, en
pleno verano del 89, que “este presidente es un privilegio”. Mientras se
ganan partidos continua la luna de miel. Murado afirma ante
Pero lo que no tenía sentido
tuvo realidad cuando el 6 de junio era cesado definitivamente José Enrique. Su
reclamación ante los tribunales no fue atendida porque el contrato de
renovación nunca fue firmado por el taimado presidente que reconoció sin
embargo ante el juez que “estaba alegre” cuando anunció públicamente la
renovación del entrenador, y que “había mentido piadosamente” ante
* Pierde el
Melilla en Granada y Toni, ex portero rojiblanco, ahora en las filas
melillenses, se sorprende porque “hay jugadores del Granada que el año
pasado se tocaban los cojones y éste van a muerte”. Repasando la alineación
de aquel día podemos ver que sólo había cuatro futbolistas del año pasado;
Víctor, Kike, Andrés… y Merayo. ¿A quien se refería Toni?
*Benito Floro, el entrenador-milagro que subiría al Albacete en dos temporadas desde 2ª B hasta la máxima categoría, pasa por los Cármenes con su equipo y pierde por un gol de penalty. Al final del partido declara que “conociendo al árbitro Olmo, si lo ha pitado es porque era penalti”. Y Nicasio García se queda impresionado con la deportividad de este hombre que, según Nicasio, “es todo corrección y buena compostura”.
* Murado llegó con grandes ideas; adquisición de terrenos para los filiales, construcción de una ciudad deportiva, nuevas oficinas en los Cármenes con local social y piscina, butacas en las localidades de tribuna, máxima atención técnica y económica a los clubes provinciales… etc. De tantos faraónicos proyectos sólo se inició una campaña de captación de fondos que pretendía llegar a los 100 millones de pesetas y se quedó en cinco. Claro que los “mensajes” publicados tenían tan poco gancho como el que reproduzco a continuación: - “¡Hola! Soy el presidente del Granada club de fútbol. Estamos trabajando para sanear la economía del club, vamos a llamar a tu puerta para que nos ayudes en aquello que tú puedas. Estoy convencido de que no le vas a dar la espalda a tu entidad, colabora con nosotros, colabora con el Granada Club de Fùtbol”.
* Pepe Yepes, periodista deportivo procedente de las ondas de Antena 3
Radio y de las páginas de Ideal, se convierte en noticia continua.
- El 22 de agosto de 1989 se anuncia su incorporación al Granada en calidad
de Gerente.
- El 19 de septiembre, antes de cumplir un mes, dimite.
- El 27 de septiembre, ocho días después, reaparece, pero ahora como
“encargado de relaciones públicas”.
- El 30 de enero de 1990, tras cuatro meses de actividad relacionista
aparece de nuevo como Gerente en la primera directiva de Murado como
presidente oficial.
- Y el 22 de junio, con cinco meses en el cargo, dimite de nuevo con carácter irrevocable para incorporarse a la nueva emisora de Radio Estilo, cuya calidad radial no consiguió el éxito económico y de audiencia que merecía.
*Por
primera vez en la historia,
* El 14 de
enero de 1990 muere en su casa de Málaga el siempre recordado Jeno Kalmar.
Aquel extraordinario técnico húngaro y hombre sin tacha que llegó a la cúspide
del fútbol mundial con el Honved de Budapest y luego colocó al Granada en la
final de Copa con un conjunto de excelentes y veteranos jugadores que Kalmar
supo entender y preparar en uno de los más brillantes momentos de esta historia
que estamos narrando.
* La verdad es que hay movimiento en la cantera. El portero del Granada juvenil, Notario, despierta el interés del Real Madrid. El Granada ficha al juvenil del Guadix, José Antonio Cruz y se interesa por Mejías del Maracena y Curro del Atarfe. Otro atarfeño, Toni, se marcha al Elche. El centrocampista del Granada 74, José Antonio Castillo, se va al Sevilla Atlético al igual que el artillero del Arenas, Fernando Rojas.
* Pero el caso más destacado es el del granadino de Bogarre y delantero del Villarreal, de nombre Adriano, y con fama de goleador. Antes de la lesión de Gilberto estuvo a punto de fichar por el Granada, pero una diferencia de 1.800.000 pesetas en una operación de 30 millones, impide que lo haga. Murado afirma que vendrá la próxima temporada porque hacerlo ahora “sería un menosprecio para los delanteros actuales”. Luego se lesionó Gilberto y tanto presidente como entrenador no tuvieron empacho en denigrar ampliamente a los “delanteros actuales” y hasta traer, de prisa y corriendo, dos refuerzos de última hora.
UN PARTIDO PARA EL RECUERDO
Ceuta 3 Granada 3
Campeonato de Liga de 2ª división B. 12ª jornada
19 de noviembre de 1989
Estadio Alfonso Murube de Ceuta
Árbitro: Fernández Marín
Entrenador: José Enrique Diaz
Presidente: José Antonio Murado
Alineación
del Granada C.F.
(Con el 1-4-4-2)
Torrano
Julio, Osa, Mediavilla, Kike
Rosa, Cristóbal (José Manuel), Piriz (Manolo Agujetas), Pardina
Gilberto, Miguel Ángel Barbancho
Alineación
del Ceuta
(Con el 1-4-3-3)
Goyo
Lozano (Panadero), Gaspar, Manolo, Barrientos
Benito, Ocenda, Crespi
Urrechu (Ramiro), Antelo, Puskas
Los goles
1-0. Min. 46. Antelo aprovecha un rechace de Torrano
1-1. Min. 49. Gilberto cabecea un centro de Kike
1-2. Min. 73. José Manuel a pase de Gilberto
2-2. Min. 83. Crespi en posible fuera de juego, a pase de Ramiro
2-3. Min. 92. Gran cabezazo de Gilberto a otro centro de Kike
3-3. Min. 96. Antelo remata un córner
La crónica
El Granada, en plena racha
triunfal y funcionando a la perfección, se desplaza a Ceuta en la 12ª jornada
de Liga. Antonio Rodríguez, lo contó por Radio Granada y escribió la
crónica para "Ideal" con este título; "Ceuta y Granada
protagonizaron ayer un excelente encuentro de fútbol que tuvo goles, emoción,
buen juego y un enorme desgaste físico".
Y es que a este partido, tan excelentemente jugado por ambos equipos, se sumó el factor emoción con seis goles, todos ellos conseguidos en la segunda parte y los dos últimos, uno por cada equipo, superados ya los 90 minutos reglamentarios. Con un terreno de juego embarrado, lluvia persistente y frío ambiental, los futbolistas se encargaron de calentar a los escasos mil espectadores con un juego vibrante y espléndidos goles. En este capítulo destacó poderosamente Gilberto con dos tantos en sendos y colocados remates de cabeza en dos pases de Kike.
Antonio Rodríguez dedica
buena parte de su crónica a narrar la historia de los seis goles sin destacar a
ningún componente del Granada, que se apoyó en un sólido juego de conjunto para
igualar a los ceutíes y superar la maléfica actuación arbitral. El cronista
acusa al juez de la contienda de cuatro "delitos": anuló un gol a Píriz,
ignoró dos penaltis cometidos sobre Rosa y Pardina y concedió el segundo gol
caballa en posible fuera de juego. La afición taurina del periodista se puso de
manifiesto en la entradilla de la crónica que no me resisto a reproducir:
- Hasta el rabo todo es toro, dice un refrán taurino que, trasplantado al fútbol viene a explicarse como que hasta que el árbitro no pita el final, el partido no está ganado, y este aserto debía de haber sido tenido en cuenta por los jugadores rojiblancos, que vieron el partido ganado dos veces y en las dos se equivocaron, más que nada por los errores de un árbitro, el valenciano Fernández Marín, que salió mas peligroso para el Granada que un morlaco zahíno y resabiado de la ganadería de Miura.
Pese a todo, el Granada
culminó una espléndida actuación en el que puede considerarse uno de sus
mejores partidos en la categoría de Segunda B. Quienes lo vieron dicen que
aquello parecía un partido de Segunda A y los más entusiastas elevan la
comparación a un encuentro de Primera.
LOS QUE HICIERON HISTORIA EN EL GRANADA C.F.
Gilberto Navarro Ortiz
Se llama igual que su padre, pero a efectos del fútbol uno fue Navarro, aquel destacado delantero de los años 50 que triunfó en el Granada y fue traspasado al Sevilla, y el otro ha sido conocido sencillamente por Gilberto. Pero realmente su nombre completo es Gilberto Navarro Ortiz y, aunque nació en Sevilla, es granadino y en Granada vive.
La
importancia de una lesión
Pocas veces en la historia del Granada, tan pocas que quizás no haya otra, la lesión de un jugador ha tenido una importancia tan decisiva. Un jugador de la cantera, procedente de los filiales, que en la temporada 1989-90 había encontrado su momento mágico.
De salida, al menos en el primer partido, no contó para el entrenador, salió como recambio de Andrés en la segunda jornada. En las cinco siguientes jugó dos encuentros y a partir de ahí fue titular en 12 de los 14 partidos jugados. Fueron 15 los partidos que disputó, 14 como titular y uno como recambio. Y marcó ocho goles a un promedio de 0,53 tantos por partido. No parece una barbaridad tan decisiva para que pasara lo que pasó con su ausencia. Pero es que en esos 15 partidos el Granada consiguió 29 goles, a casi dos por partido y si Gilberto marcó ocho sus compañeros lograron 21.
Este nivel goleador se paralizó casi por completo tras la lesión de Navarro. El Granada entró en barrena hacia abajo y en los siguientes 14 partidos, sin la presencia del fornido delantero centro, apenas se marcaron seis goles sin obtener una sola victoria y saliendo derrotados ocho veces. Parece claro que Gilberto Navarro marcaba bastantes goles pero que también favorecía con su lucha y su poderosa presencia, que los restantes jugadores "mojaran" con frecuencia.
Los lamentos de entrenador, presidente, prensa y afición coincidieron por una vez y elevaron al lesionado Gilberto a la categoría de jugador más deseado. Parecía que sin él el Granada era un equipo ramplón y vulgar incapaz de nada bueno. Sinceramente resulta absurdo que su ausencia tuviera tanta repercusión, pero es impresionante comprobar que con él en el campo el Granada ganó 10 partidos, empató cuatro y solo perdió uno.
Pero no era la primera
lesión de Gilberto ni sería la última. Un problema de constitución física o una
increíble mala suerte le llevaron muchas veces a la enfermería. Se truncó
así una carrera que pudo ser muchísimo mas brillante por las evidentes condiciones
goleadoras del ariete granadino.
En el
Figueras
Gilberto había debutado con
el Granada el 13 de marzo de 1988, de la mano de Ruiz Sosa, y se despidió el 1
de mayo de 1991 tras una temporada en la que jugó 28 partidos y consiguió 10
goles. Fichó entonces por el Figueras que estaba en Segunda A, y con el
conjunto catalán hizo, en 1991-92, la mayor hazaña de este club, al terminar
Siguió con esa alternancia
de goles y lesiones, que ha sido una constante en su vida deportiva, hasta que
muy joven aún, tomó la decisión de retirarse definitivamente y dedicarse en
cuerpo y alma al negocio de venta de motos, heredado de su padre y que mantiene
desde hace décadas en el granadino camino de Ronda.
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