HISTORIA DEL
GRANADA C.F.
Capitulo 15
Temporada 1946-47
CUESTA ABAJO EN LA RODADA
Y las ilusiones pasadas, como dice el tango, pasadas están. Cada vez más lejos porque el Granada, desde su descenso a 2ª división no levanta cabeza. No sirve nada que no sea volver a Primera y no hay manera. Esta temporada no hubo acierto en los fichajes y la prueba es que de diez nuevos jugadores solo quedaron dos para la temporada siguiente.
La plantilla
La columna vertebral del equipo, restos todavía de la plantilla de 1ª división, se mantiene firme, aunque los años van pasando. La base de Millán, González, Sosa, Sierra, Trompi y Más, da consistencia al conjunto, pero los sucesivos añadidos no cuajan y dejan huecos por donde se escapan el buen juego y los puntos.
Los principales problemas están en la portería y en el eje del ataque. Floro es un buen suplente, pero hace falta un mejor titular. Martí se va de Granada dejando el mal recuerdo de sus dos enormes fallos en la promoción perdida y en el ascenso no ganado. Pero vuelve Casafont, que era jugador del Granada, aunque la última temporada, por culpa de la mili, la pasó cedido en el Ceuta. Jugará muchos partidos, pero no convencerá plenamente.
¿Recuerdan los nombres de quienes pasaron la pasada temporada por el centro de la delantera? Fueron nada menos que Nicola, Portilla, Sosa, Safont, Marín y Zubizarreta.
Pues de ellos Nicola se fue antes, Zubizarreta estaba cedido y regresa a su origen, Portilla no sirvió y se va, Safont y Marín que ocuparon el puesto por “necesidades del guion” también causan baja. O sea que sólo queda Sosa, que también fue un circunstancial ariete.
Ante esta situación se incorporan a la vez, tres arietes. Un desconocido Escobar que viene del Ávila y apenas jugó tres partidos, el granadino Moleón que solo apareció dos tardes en el equipo, y el españolista Morales, que acabó siendo el titular aunque en esta su primera temporada apenas hizo seis goles ¡y fue el máximo goleador del Granada! La gente se metió mucho con él, pero Morales sobrevivió y estuvo cuatro temporadas, consiguiendo 12, 26 y 17 goles en las tres siguientes.
Llegó el ariete en un lote de tres futbolistas del Español con la esperanza de que cubrieran con aptitud tres puestos en la delantera, el centro, con Morales, y los interiores, con Sánchez Vigo y Mendoza. Lamentablemente del trío solo se salvó Morales. Vean los partidos jugados por cada uno y se darán cuenta de que los interiores no resolvieron nada.
La llorada ausencia de Luis Marín era también muy
difícil de cubrir. Se intentó con Mendi, un extremo derecha cedido por el
Sevilla junto al medio derecha Parra. Ambos sevillistas actuaron decorosamente
toda la temporada y fueron titulares indiscutibles.
Almagro y la cantera
Junto a Moleón otros dos granadinos se incorporan esta temporada al Granada. El extremo Díaz Cara, que apenas tuvo dos oportunidades, aunque la siguiente temporada, integrado en el recién nacido Recreativo como filial del primer equipo, fue uno los componentes de aquel maravilloso once entrenado por Manolo Ibáñez y que quedó en letras de oro en la historia del Granada.
El tercer hombre fue Manolo Almagro. Un centrocampista de inmensa calidad que jugaba en el equipo de su barrio, el Cruz Blanca, cuna de grandes futbolistas. Manolo Almagro ha sido en la opinión de muchos, el mejor jugador nacido en Granada de toda la historia. Para mejor entendernos en tiempos modernos, se le puede comparar al madridista Guti, genial un día y desaparecido otro.
Gris, fría y desesperante fue la actuación del Granada en esta liga. En sus mejores momentos no pasó del sexto puesto y llegó a estar el 14ª. Antonio Conde mantuvo desde la primera jornada una serie de puestos fijos, los defensas para Millán y González, como estaba cantado. La meta para Casafont. El nuevo Parra y el antiguo Sierra, en las alas de la media con la alternancia de Rey y Sosa en el centro. Parece que Conde consideraba que Sosa era mejor para los partidos fuera de casa y Rey para los Cármenes. O puede que fuera simple casualidad y no algo premeditado. Mendi y Más fueron los extremos fijos con Trompi y Morales en sus puestos respectivos mientras que el nuevo Mendoza y el antiguo Galvany también alternaban en el interior izquierda.
Como decía antes, el paso del Granada por esta liga fue una dulce mediocridad, casi siempre en los puestos medios de la clasificación, sin esperanzas de ascenso ni peligro de descenso. Acabó con un punto negativo. Aburrimiento y desaliento, en suma. Y Antonio Conde dimitido antes de celebrarse el último partido de Liga deja paso, como es habitual, a un jugador en calidad de técnico provisional. Pepe Millán dirigirá y jugará el partido postrero y los dos de Copa. Y por cierto que Millán confía en Manolo Almagro, le alinea como interior izquierdo y en los tres partidos el granadino marca tres goles.
La sanción de Paco Cristiá
No es normal lo que ocurrió en el partido de 16 de febrero de 1947 con el empate a dos en Los Cármenes con el Alcoyano. El público arrastraba el cabreo del rotundo 6-0 encajado el domingo antes en Zaragoza. Y alguien tenía que ser el culpable. Nadie mejor que el árbitro, Álvarez Antón. Pero, como en la tribuna estaba el presidente del Colegio Nacional de Árbitros Álvarez Corriols, los levantiscos “ultras” locales arremetieron contra él primero de palabra y luego de obra.
Y aquí viene lo anecdótico. Álvarez Corriols se fue muy disgustado de Granada y sobre todo del secretario del Granada. Dijo el presidente del colegio de árbitros que Paco Cristiá había instigado a la gente en su contra y, sin más trámite, le sanciona.
Y toda la directiva del Granada se solidariza con su
secretario y dimite en bloque. Quizás estaban hasta el gorro de aquella
temporada triste y aburrida y aprovecharon la ocasión para irse. Pero, eso sí,
fue una dimisión con efectos retardados que no se hizo efectiva hasta final de
temporada. Hasta el 28 de junio y ante
La vuelta de Ricardo Martín Campos
Confirmada la dimisión del comandante López Font, se elige al único candidato que, ya sin la intervención directa del gobernador Fontana, es el ex presidente del ascenso, el orondo Ricardo Martín Campos, que había dejado el cargo hacía tres años y medio, con el equipo en 1ª división.
En
Otro socio con visión de futuro propuso, y no fue aceptada la propuesta, que se hicieran socios por cuatro años pagando 1.000 pesetas de una sola vez y por todo el periodo. Con 600 socios de este calibre se podía saldar toda la deuda. ¡Es lo mismo que 36 años después propondría Cándido Gómez! Aunque alargando a 20 años el plazo y por 100.000 pesetas en lugar de las 1.000 pedidas ahora.
Una directiva interminable
Ricardo Martín Campos se rodea de una interminable
directiva de ¡cuarenta y tres personas! A la que llama “pleno de la directiva”.
Entre ellos están el socio número uno, José Amigo Vico y el que fue
directivo-entrenador Juan Gómez Muros. Y para andar por casa Martín Campos forma
una ejecutiva de 15 miembros, donde al sancionado Cristía le sustituye como
secretario Matías Fernández-Fígares, hijo del fallecido presidente que
construyó el campo de los Cármenes. En el cargo de tesorero está el futuro
presidente Joaquín Serrano González.
*
Días antes de comenzar
*
Quizás por eso o por la presencia de un militar al frente de la junta, la
directiva pega fuerte en asuntos disciplinarios. Algunos ejemplos son las
multas a Casafont, Trompi, Mendoza y Más, por la derrota en Ferrol por 3-0, y
otro tanto, tras el 6-2 en Baracaldo, para Mendoza (que repite sanción), Sosa y
Sierra.
* Manuel López Font no quiso olvidar al gobernador civil que le había llevado a la presidencia del Club. El 19 de enero de 1947 y a propuesta suya, se nombra presidente de honor al gobernador José María Fontana. Pero los hombres olvidan y el Granada C.F. no se ha caracterizado por tener buena memoria con quienes han sido parte importante de su historia. Por eso, cuando Fontana falleció en 1984, nadie se acordó de que había muerto un presidente de honor del Granada C.F.
*
El 19 de marzo de 1947 el Granada empata a uno en San Sebastián e impide así
que
* Manolo Almagro debutó el 6 de abril de 1947. Fue en Alicante y el Hércules ganó por un claro 4-0. Pero no se puede olvidar que dos de los goles se los hicieron al interior Galvany, que estaba ocupando la plaza del lesionado y retirado Floro. Por cierto, Almagro jugó en un extrañísimo puesto de delantero centro que seguro no había ocupado jamás, y según testigos presenciales, tuvo muy poca colaboración de sus compañeros porque “no querían que triunfara”. Supongo que esos testigos no dijeron la verdad porque cuando la semana siguiente Almagro fue colocado por el nuevo entrenador, Pepe Millán, en su papel de interior, los mismos compañeros no hicieron nada para impedir que triunfara. Y eran casi los mismos.
*
El fútbol ha entrado en una dinámica de modernidad con la implantación
paulatina de la llamada “táctica de
Los aficionados granadinos, bastante retrógrados,
clamaban contra esta manera de situar a los jugadores, pero algunos empezaron a
cambiar de opinión cuando el 20 de abril de 1947 vino el Celta de Vigo para
disputar un partido de Copa y utilizó ostensiblemente la nueva táctica de
* Los problemas en la puerta del Granada no se resolvieron con el regreso de Casafont, tras su mili en Ceuta. Aunque el repescado jugó 18 partidos y tiene la consideración de titular en el conjunto de la temporada, la verdad es que no llegó a convencer a nadie y el entrenador le dejó en la grada hasta en 10 ocasiones, para que Floro ocupara el puesto. Lo peor es que las dudas del entrenador no radicaban en elegir entre los porteros merecedores de la titularidad sino todo lo contrario. Y es que ambos guardametas fallaron clamorosa y reiteradamente cuando salieron a defender el portal granadino.
* El Granada obtuvo en esta temporada su peor registro goleador de toda la vida hasta ese momento. Fueron 38 goles en 28 partidos con un promedio de 1,35. Pero los records, incluso los negativos, están para batirlos y el Granada lo hará más de una vez en otras horribles temporadas de su ajetreada historia.
*
En
LOS QUE HICIERON HISTORIA EN EL
GRANADA C.F.
Florentino Buey Portillo, “Floro”
Seguramente no ha sido el mejor portero del Granada, pero sí quizás el más querido. Con su nombre se iniciaba la mítica alineación de Floro, Millán, González que acababa con Bachiller y Liz. Ramón Ramos lo escribió muy bien en uno de sus libros… “Todo empezó con Floro…”
Realmente se llamaba Florentino Buey Portillo y
nació el 5 de julio de 1913 en un pueblo asturiano donde su padre trabajaba
como ferroviario. Sucesivos traslados paternos le llevaron por pueblos
catalanes y, por fin, a Madrid donde el niño Floro trabajaba en la tienda de su
madre y jugaba al fútbol en
Nunca había pensado ser futbolista profesional y nunca había jugado en un equipo formal, pero, después de la guerra y cuando tenía ya 26 años un buen día sucedió que…
- “Yo iba a jugar
a un terreno que estaba al lado de la Basílica. Un día llegó un señor y me dijo
¿Chaval y tu que? Pues aquí jugando al fútbol y tal. ¿Oye, puedes venirte al
Granada y tal? ¿A Granada? Pues si, pero yo para ir necesito dinero y tal. Pues
de acuerdo. ¡Y me dieron 2.000 pesetas, me pagaron el viaje en tren y la pensión
en la plaza de los Lobos!”
En Granada se quedó nueve temporadas. Llegó con Valderrama de entrenador y Martín Campos de presidente. Y se fue en 1948, con Valderrama de entrenador y Martín Campos de presidente. Los mismos.
Floro fue un hombre muy sentimental que tuvo la desgracia de enviudar muy pronto, a poco de llegar a Granada. En el Cementerio de San José está enterrada su mujer y allí reposan los restos de Floro por expreso deseo suyo.
- “Muchas
veces he ido a Granada para visitar a mi morenita. Y luego al bajar me bebía un
vaso de agua en la plaza de los Aljibes, esa que dan gratis.”
En 1987 estuve largo rato hablando con Floro en su
casa de Madrid. Fue diez años antes de su muerte. Floro, sentimental y bueno,
lloró a raudales aquel día recordando sus nueve años en Granada donde vivía “en un piso muy bonito que estaba cerca del
Ayuntamiento, junto a un cine y un bar muy buenos” (Hace tiempo que
desaparecieron el cine Regio y el bar los Mariscos).
Y Floro me contó las anécdotas de su vida, entre suspiros y lágrimas de añoranza y nostalgia.
- “El día de
mi debut con el Granada me marcaron un gol de penalty y salí llorando del
campo. ¡Pero si has sido el mejor!, me decía Millán. Y al día siguiente en un periódico
pusieron “Revelación de un guardameta ¡Floro fue el mejor!” Luego Alberty me quitó
el sitio, pero es que yo tenía lo del hígado ¡me puse de amarillo! Yo quería mucho a Julio y ahora está enterrado
muy cerca de mi mujer.
çMi peor
recuerdo fue un 6-1 en San Mamés. Estábamos calentando nosotros cuando
empezaron a salir aquellos vascos tan grandotes; Zarra, Lezama, Mieza… y yo le
decía a Millán ¡mira Pepe, que toros salen por ahí! Yo les avisaba a Millán y
González ¡cuando diga mía es mía! Porque el portero ve el fútbol desde atrás y
es el que tiene que mandar. González era muy rápido ¡y tenía una leche!
A mi me
gustaba ir todas las tardes a
Yo representaba el Anís Gorostiza que era bastante malo. Y cuando jugamos una vez contra el Valencia, Gorostiza me dio una castaña y yo le di otra… ¡pero Florito! me dijo. Y yo ¡déjate de Florito y mira dónde pegas! En cambio Trompi no hacía nada aparte del fútbol y yo le aconsejaba ¡Pepe, haz algo! Mira yo que tengo mis representaciones. Claro, decía Trompi, ¡como que tú eres un tendero!
Al irse del Granada Floro aun se mantuvo dos
temporadas jugando en el Salamanca para retirarse definitivamente en 1950, con
37 años cumplidos. Desde entonces ha vivido en Madrid en el barrio de Cuatro
Caminos, como vendedor de
La nostalgia del fútbol la paliaba en su tertulia del bar San Mamés que era la mejor referencia para los amigos que deseaban verle. Con su hija única, nacida en Granada, ha compartido su vida hasta que dejó de existir el 8 de enero de 1997.
Desde entonces está en Granada, como era su deseo,
compartiendo tumba con Justa su morenita del Escorial que llevaba 56 años
esperándole.
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