HISTORIA DEL
GRANADA C.F.
Capitulo
12
Temporada
1943-44
DE HISTÓRICOS A HISTÉRICOS
El nuevo entrenador, Esteban Platko, llegó, vio y declaró que la mayoría de los jugadores del Granada no le servían. Y es que casi todos los escasos fichajes fueron desafortunados. Para colmo uno de los que servían, José Manuel González, se planta pidiendo más dinero.
Pero lo cierto es que Platko tenía bastante razón. Se habían marchado Bonet, para jugar y entrenar al Murcia, y Conde, que prefería dedicarse a sus negocios y dejar el fútbol. La línea media se quedaba sin medio centro y con sólo dos titulares de la pasada temporada; Sosa y Sierra.
Vino un lote de jugadores del Europa catalán y solo se quedó el portero Casafont, que no daba seguridad en la puerta, con Martí y Floro. El resto del equipo quedaba igual que en la pasada temporada, y ofrecía serias dudas respecto al futuro.
El caso González
Quería González 15.000 pesetas de prima de fichaje,
en lugar de las 7.000 que tenía firmadas. Y hasta escribió a los periódicos
para explicar su “caso”; “Llevo cuatro
temporadas en el Granada y he cobrado sólo 14.000 pesetas en concepto de primas
de fichaje, menos que cualquier otro jugador”.
La directiva contraataca después de sumar y explica
que “González lleva cobradas 42.907
pesetas solo en los dos últimos años y que, aunque la pasada temporada casi no jugó,
se le pagó religiosamente.”
No sabemos quien escribió esta nota, pero erró lastimosamente en lo de que “casi no jugó en la pasada temporada” porque González fue titular en 20 de los 29 partidos disputados.
Nueva carta del jugador para aclarar que “en los dos últimos años he cobrado 10.000
pesetas por fichas, 19.200 de sueldos y 8.200 de primas, lo que hace un total
de 37.400 pesetas.”
O sea que ni González ni el Granada tenían razón en
sus primeros alegatos. Aquí se da el caso de que “en la discusión sale la luz”.
Con caras largas y sin firmar el nuevo contrato, González se alinea en el primer partido de Liga... ¡y en todos los de la temporada, menos uno!
Para entender todo esto hay que haber conocido el carácter impulsivo del jugador y su tremendo amor al Granada. Y también hubo que escucharle como yo le escuché un día de octubre de 1984. Y así se aclaran muchas cosas.
- “Cuando
estalló la guerra en 1936 llamaron a mi quinta y yo serví en el Ejército
Republicano en el frente de Madrid. Y seguí siendo soldado hasta 1945, claro
que solo me vestía el uniforme cuando tenía que renovar contrato con el
Granada.”
- ¿Cómo es eso?
- “Muy
sencillo. Trompi y yo, que estábamos en la misma situación, no queríamos
renovar por lo que nos ofrecían. ¿Forma de obligarnos? Pues vestirnos de
soldado a los dos futbolistas. Un mes o mes y medio aguantando todos los días
en el cuartel en pleno verano ¡fíjate que alegría!, hasta que yo le decía a
Trompi “Pepe, vamos a firmar y verás como se acaba esto de los soldados”.
Firmábamos y al día siguiente nos llamaba el teniente general, ¿Qué hacéis
vosotros aquí?... Vamos que te pones de una….”
Platko tuvo enormes dudas e intentó cosas raras cambiando las posiciones habituales de algunos jugadores. Por ejemplo, Safont, que era interior izquierdo empezó jugando de medio derecha. También Leal y Nicola cambiaron sus puestos en el ataque, sin resultado aparente.
Pero lo peor fue que los nuevos no dieron resultado: Casafont, tras 10 partidos como titular, dejó el puesto al renacido Floro que, por fin, triunfaba en 1ª división.
Millán y González apenas dieron oportunidad, y siempre por breves lesiones, de aparecer en las alineaciones a los suplentes fichados como cada año para estar a su sombra. Esta vez fueron el veteranísimo Euskalduna y el granadino Díaz, que salieron en una y tres tardes respectivamente.
Conde fue finalmente convencido para que siguiera jugando hasta que, en el mes de enero, pudo incorporarse Melito, terminada su mili en Ceuta. El nuevo medio centro se apoderó inmediatamente del mando, dejó a Conde en la grada y se convirtió en la guía y el organizador que tanto necesitaba el Granada.
En la delantera se mantuvieron, como siempre, los
incombustibles Marín y Trompi, con Nicola en el centro y las dudas del ala
izquierda (mientras Bachiller y Liz jugaban de nuevo en Primera con el Gijón)
por donde pasaron Leal y Aparicio para finalmente afincarse como titulares
Safont y Más.
La dimisión del presidente
El mal comienzo de
Pero a continuación encadena una racha fatal con la derrota, 1-3, ante el Valencia, la goleada, 7-2, en Barcelona y el empate en casa, 2-2, ante el Coruña. Es la séptima jornada y el equipo ha bajado del 7º puesto al 13º que es puesto de descenso.
Es el 14 de noviembre y tres días después dimite
Ricardo Martín Campos, anunciando de paso que el déficit es de 400.000 pesetas.
La nueva directiva
Se constituye una Comisión, con Manuel Morales
Souvirón, Antonio Becerra y José Antelo, que es el delegado en Granada de
El primer acuerdo de la nueva Junta es nombrar presidente de honor a Ricardo Martín Campos.
De nuevo
El debut de la nueva junta no puede ser peor.
Derrota en Los Cármenes con el Atlético Aviación. Pero ya se ha tocado fondo. A
partir de ahí dos cambios fundamentales surten efecto inmediato. La sustitución
del portero Casafont, con 30 goles encajados en 10 partidos, y la titularidad
de Safont en el puesto para el que fue fichado, que agarra una racha de seis
goles en seis partidos. Y en enero la llegada de Melito da un cambio radical.
Desde su debut en la jornada 17 hasta el final de
También se ha fichado al medio derecha Ramos y ya en el torneo de Copa llegará el ceutí Melul para jugar apenas tres partidos.
En plena temporada se dio la libertad al defensa
Camoto, prácticamente inédito, por el que se había interesado el Málaga de 2ª
división. Camoto tuvo tan mala suerte que el mismo día de su debut en
Desilusión en
Empezó bien
Pero un concluyente 6-1 en San Mamés enfría los ánimos casi hasta el punto de congelación. El partido de vuelta en los Cármenes apenas tiene espectadores y Rafael Fernández de Burgos regaña amargamente a la “voluble afición granadina”. Y como dice el socarrón “Maolico hincha” en la tira cómica semanal de “Ideal”.
- “Como
sigamos en Primera vamos a convertirnos en históricos o histéricos”.
Quizás seamos las dos cosas; históricos e
histéricos. A lo largo de la historia en el Granada hemos pasado de un extremo
a otro con suma facilidad.
El entrenador que ponía tres defensas
La labor del entrenador húngaro no fue muy apreciada por la afición ni la prensa, a pesar de la buena campaña en general. Pero es que Platko estaba empezando a utilizar una nueva idea de carácter defensivo. Entre los dos defensas habituales, situados en el centro del área, colocaba al medio centro que hasta ahora se acostumbrada a ver más bien en tareas ofensivas que defensivas. La gente no aguantaba aquella modernidad y en Granada se dio entonces la insólita visita al presidente de un grupo de socios, para pedirle que obligara al entrenador a dejar esa táctica defensiva.
Era diciembre de 1943 y días después de esa visita oficial, el 21 de diciembre, el Granada le gana al Español por 4-1 con el medio centro Conde, casi incrustado entre los defensas Millán y González. La prensa hace causa común con los aficionados y Rafael Fernández de Burgos escribe lleno de seguridad en “Ideal” que al Granada no le va eso del “tercer defensa” y que debe jugar con la táctica del “matasuegras” con continuos avances y retrocesos de los 10 jugadores de campo. Fernández de Burgos preconizaba por lo que muchos años después se llamó “fútbol total” y pusieron de moda los holandeses de la “naranja mecánica”.
Otra dimisión
El presidente Antonio Becerra aguantó siete meses y 18 días en el cargo, hasta el 14 de junio de 1944, cuando se fue dejando al vicepresidente Juan Diego Pérez de Haro al frente de los destinos del club, cara a la inmediata temporada., la del descenso a 2ª división, tras cuatro periodos seguidos en la máxima categoría del fútbol español.
*Hubo
un guardameta del Barcelona, llamado Platko, que Rafael Alberti convirtió en
héroe con su “Oda a Platko” donde narra el partido que enfrentó al Barsa con
Pero aquel Platko, como muy bien ha contado mi compañero en esta historia, José Luis Ramos, no era el mismo Platko, el entrenador del Granada en esta temporada. El nuestro se llamaba Esteban y el héroe de Alberti fue Franz Platko, su hermano. Más de uno nos hemos equivocado con estos dos hermanos.
*
Tenía el Granada dos hombres para cubrir el puesto de extremo izquierda. Aparicio
empezó
*
El Real Madrid jugó dos veces en Los Cármenes esta temporada. En Liga empató a
dos, con arbitraje de Cruellas y multa de 3.000 pesetas por los acontecimientos
acaecidos cuando el público consideró que no lo era el penalty que dio a los
merengues su segundo gol. En
* El 23 de enero de 1944 juega el Granada su partido número 200 desde su fundación. En el magnifico escenario de Chamartiín, los jugadores, que nunca supieron de esta efeméride, hicieron un excelente juego y empataron a dos goles conseguidos ambos por Safont. Aquella tarde jugaron; Floro, Millán, González, Ramos, Conde, Sierra, Marín, Trompi, Sosa, Safont y Mas.
* La temporada registra otra efeméride importante. La victoria número 100 del Granada. Se produjo el 7 de mayo de 1944 en un partido de Copa jugado en Los Cármenes. Ganaron los granadinos al Ceuta por 2-1 y se alineó un equipo bastante alejado del habitual. Fue el formado por Floro, Millán, Díaz, Sosa, Melito, Sierra, Marín, Melul, Leal, Safont y Más. El “viejo” Marín marcó los dos goles mientras González, Trompi y Nicola descansaban.
* El 19 de abril de 1944 juega el Granada contra una selección andaluza en homenaje a Millán y González. Aunque no tenemos datos sobre la recaudación, debió ser buena porque asistió bastante público. En el eje de la delantera granadina se alineó el sevillista Campanal, olvidado por fin, el asunto de la muerte de Alberty.
*
Y es que, en esta temporada, llegó la definitiva consagración de la pareja
Millán-González. Ellos son, después de Lina, los jugadores que más veces han
vestido la camiseta del Granada (y ello en temporadas que se jugaban muchos
menos partidos) y es impresionante la lista de otros defensas que pasaron por
las filas granadinas sin que lograran arrebatarles la titularidad y, por
supuesto, el cariño de los aficionados. Veamos algunos nombres: Domenech,
Patricio, Melenchón, Benítez, Maxi, Alejandro (el que más cerca estuvo),
Camoto, Díaz, Euskalduna, Martín Picá, Llano, Mateo, Toñín, Ibáñez, Mompeán,
Cabiño, Carrillo, Escámez.
* Floro triunfó por fin, con el Granada en 1ª división. Y eso que empezó la temporada como tercer portero, tras de Casafont y Martí. Pero el titular de la pasada temporada, Martí, pasó la temporada en blanco mientras que Casafont perdió su puesto a partir de la 10ª jornada en beneficio del recuperado Floro, que aun seguirá cuatro temporadas más en el Club.
* El 21 de marzo de 1944 aparece en las páginas deportivas de “Ideal” la clasificación de 1ª división, añadiendo una nueva columna a las de siempre; jugados, ganados, empatados, perdidos, goles a favor, goles en contra y puntos. Es la de los puntos positivos y negativos. Y es la primera vez que ocurre en un diario granadino, aunque parece ser que la iniciativa no gustó demasiado porque no volvió a repetirse en jornadas sucesivas.
* Durante el homenaje a Ricardo Martín Campos el alcalde de Granada, Antonio Gallego Burín dijo que “Martín Campos siempre hace gol en todas sus actividades”. Era el 24 de abril de 1944 y, en el mismo acto, el alcalde anunció que el Ayuntamiento de Granada había donado a perpetuidad la sepultura donde descansan los restos del infortunado Julio Alberty.
* Francisco Cristiá, eterno compañero de Martín Campos en la directiva del Granada, era secretario general en la junta dimisionaria de esta temporada. Y, aunque en principio no figuraba en la nueva junta formada por Antonio Becerra, en abril de 1944 fue llamado de nuevo para ocupar su antiguo cargo de secretario técnico.
José Cuéllar, tantos años secretario administrativo
del Club le conoció muy bien y opinaba de él que “Paco Cristiá fue un gran secretario, aunque también tenía sus
defectos, especialmente la economía, ¡era tremendo! Firmaba con el culo de una
pluma rota por no gastar.”
UN PARTIDO PARA EL RECUERDO
Real Madrid 0, Granada 2
21
de mayo de 1944
Torneo
de Copa, partido de vuelta de octavos de final.
Estadio
de Chamartín en Madrid
Árbitro:
Villalta
Alineación del Real Madrid
(Con
el sistema del 1-2-3-5)
Bañón
Querejeta,
Corona
Elías,
Ipiña, Sauto
Alsúa,
Alonso, Pruden, Belmar y Pedrín
Alineación del Granada
(Con
el sistema de 1-2-3-5)
Floro
Millán,
González
Sosa,
Melito, Sierra
García,
Trompi, Nicola, Safont y Más
Entrenador:
Esteban Platko
Presidente:
Antonio Becerra Entrambasaguas
Los goles
0-1.
Min. 30. Nicola aprovecha un fallo del portero Bañón
0-2.
Min. 50. Safont remata de cabeza un córner sacado
por Mas
La crónica
El más famoso de los críticos deportivos de los años
cuarenta fue Eduardo Teus, que dictaba cátedra futbolística desde las páginas
del diario “Ya”. Y Eduardo Teus, madridista de corazón, destapó el tarro de las
esencias para juzgar al sorprendente Granada capaz de eliminar al Real Madrid,
a pesar de que, tras el empate en Los Cármenes, tenía todo en su contra.
Así vio Teus la actuación de los granadinos
- “El Granada salió a jugar con la excelente moral del equipo que no teme al adversario ni al terreno contrario y confía en sacar adelante la eliminatoria. Espíritu combativo, de seguridad en sus fuerzas, que se evidenció desde el primer momento en el rasgo de Sosa, sin abandonar ni un instante el terreno de juego para que allí mismo se le curase la brecha en una ceja de la que manaba sangre. Con igual tesón y firmeza jugó todo el equipo. Hasta Trompi, que salió con una venda que le sujetaba la clavícula rota y sin soldar del todo todavía. Un equipo con fiebre de victoria y de dar la campanada como la dio.
Un Granada espléndido en su fútbol defensivo que no en balde, Millán y González, gran pareja, son magníficos defensas.
Floro estuvo
ágil y con suerte bajo el marco.
Una línea
media tenaz y de batalla. Rápido Sierra -¿por qué se desprendería de él hace
dos temporadas el Real Madrid? – Melito, lento pero seguro en el pase y
corriéndose hacia el centro, el medio ala Sosa, más atento al juego por alto
dentro del área que de sujetar a Pedrín.
Delante, la
velocidad e inteligencia de Trompi, conduciendo la línea, donde la fogosidad de
Nicola era siempre un peligro y Safont realizaba la labor oscura del cuarto
medio y apuntalador del triunfo con su soberbio remate de cabeza.
Ese fue el
Granada, enérgico y coriáceo, que supo ganarle al Real Madrid en Chamartín para
alcanzar un sensacional triunfo.”
No había entonces carruseles ni conexiones en
directo, Radio Granada no retransmitió el partido y no existía en Granada ese
boletín informativo de los domingos por la tarde “
Por eso, el diario “Patria” del martes siguiente cuenta que “el pasado domingo los teléfonos de nuestra redacción estuvieron sonando sin interrupción hasta bien entrada la noche, siendo no pocos los impacientes aficionados que visitaron la redacción para enterarse con todo detalle de las incidencias del encuentro.”
Esos impacientes aficionados eran los que veían ya
al Granada en la final y que tanta desilusión sufrieron una semana más tarde
con los seis goles que el Athletic de Bilbao endosó a los granadinos en San
Mamés en el trámite obligado de los cuartos de final.
LOS QUE HICIERON HISTORIA EN EL
GRANADA
Ricardo Martín Campos
Era un empresario de cine granadino que vivía el
fútbol apasionadamente. Un hombre orondo, jovial, querido por todos que, con su
capacidad de organización y de gestión y una mano izquierda digna del mejor
diplomático, llena dos épocas del fútbol local. La del primer Recreativo de
Ricardo Martín Campos se incorporó muy pronto a la directiva recreativista y, en el triste momento de las vacas flacas, cuando en 1936 el Club peligraba y España se acercaba a una trágica guerra civil, se quedó casi solo ante el peligro al frente de una “Junta ejecutiva” de cuatro miembros con un club en bancarrota, sin jugadores y sin esperanzas.
La sangrienta guerra, iniciada en julio de 1936, arrasó con muchas cosas, pero salvó la precaria situación recreativista. Al terminar la contienda, tres años después en el verano de 1939, el “camarada” Martín Campos, como le llamaba el diario “Patria”, junto a su inseparable Paco Cristiá, se dedicó a la complicada tarea de rescatar al viejo Recreativo. Su indiscutible acierto en los fichajes se confirmó con la venida del entrenador Valderrama y los cinco componentes de la “quinta del Trompi”. En dos temporadas ese club, que ya se llamaba Granada C.F. por decisión del propio Martín Campos, alcanzaba la cota más alta del fútbol español. Y aquel presidente que fumaba enormes puros, llegaba a tocar el cielo con el multitudinario recibimiento a los héroes que habían subido a 1ª división.
Desde su oficina del cine Regio, a un lateral del Ayuntamiento, lo mismo contrataba una película de Jorge Negrete que fichaba a un delantero centro. Esos primeros años cuarenta, con la presidencia de Ricardo Martín Campos, forman una de las más gloriosas y entrañables épocas de la historia del Club.
La popularidad que tuvo aquel presidente excepcional solo es comparable, en el Granada, con la de Pepe Bailón o Cándido Gómez. Ellos tres forman la trilogía de presidentes más queridos y admirados, aunque tuvieron que sufrir las iras de los hinchas en los momentos inevitables en que el equipo no marchaba bien o los jugadores no respondían con arreglo a lo esperado.
Parece ser que esta cruz va incluida en el “no-sueldo” de los presidentes. Gozan de popularidad y prestigio social, pero sufren en sus carnes la impaciencia o la mala educación de quienes tienen el insulto fácil siempre en la boca.
Ser presidente del Granada C.F. siempre ha sido
equivalente a ser un poco masoquista.
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